Pablo Casado ha vuelto a salir en defensa de Isabel Díaz Ayuso. El presidente del PP lo ha hecho justo antes de la reunión que la presidenta de la Asamblea de Madrid mantendrá hoy con Pedro Sánchez para buscar una salida a la situación de rebrote del coronavirus que vive la capital. La entrevista del líder popular, en El programa de Ana Rosa, coincide con la aparición de un reportaje en El País en el que varios miembros del PP se quejan de las formas y la imagen que Ayuso da del partido. Pero Casado sigue fiel a la línea que ha seguido en el último hace año y medio, cuando escogió a la madrileña como sucesora de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes: defenderla a capa y espada fuera y dentro del partido.
La enésima defensa cerrada de Casado tiene que ver con el origen de su relación con Ayuso, que se remonta a casi dos décadas, cuando ambos se conocieron en las Nuevas Generaciones del PP. Ella, tres años mayor que él, venía de licenciarse en Ciencias de la Información y él entraba en un partido en el que escaló posiciones a la vez que ganaba peso político: primero como diputado en la Asamblea de Madrid, luego en el Congreso, etapa en la que llegó a ser vicesecretario de Comunicación del Gobierno de Mariano Rajoy. Quizás influido por el estilo de su jefe, Casado ejerció ese puesto con mucha más discreción y unas formas más suaves de las que vendrían más tarde y de las que él incentiva ahora que es presidente del PP.
Una fuente del partido lo confirma. Esa persona, que como casi todos dentro del PP últimamente no da su nombre, asegura que Ayuso y Casado son más parecidos de lo que se ve a simple a vista: "A ambos les fascina la comunicación polítca americana, les obsesionan las redes sociales y todo el eco que se puede sacar de ellas". Esa fuente cree que si Casado defiende a Ayuso con tanto ahínco es, en parte por amistad, pero también por convicción: "Este caso no es como el de Cayetana [Álvarez de Toledo], a la que vio también el potencial de atraer la atención, pero no pudo controlarla porque eran muy distintos". También apunta a una diferencia entre ambas mujeres que no es menor y que explicaría, al menos en parte, el modo distinto de comportarse Casado con ellas: "Ayuso ganó la Comunidad de Madrid, Cayetana era un capricho de Pablo que incluyó en su lista pero desde el principio hubo recelos con ella". Esa victoria es un buen argumento para mantener a Ayuso en el puesto, aunque como confirma esta persona, el malestar es cada vez mayor en las filas populares. "Aquí hay quien desea una moción de censura y elecciones anticipadas".
El factor Lastra
Sabiendo que ambos comparten esa afición por la Comunicación Política –Ayuso empezó un doctorado en la materia–es posible que Casado no tenga ningún interés en controlar las bombas declarativas que suele lanzar Ayuso. Y eso que un repaso somero a la hemeroteca reciente –atascos en Madrid, "los niños están jartos" o la suite de Kike Sarasola– demuestra que la madrileña es un foco de atención constante no siempre positivo.
Precisamente a la atención mediática se ha agarrado a Casado para criticar a quienes atacan a su compañera. "Pasan cosas en otras comunidades y no se informa como de Madrid. Por ejemplo, La Rioja, donde la presidenta ha destituido a cuatro consejeros". Casado alude a esa información obviando que también para otros temas los medios siempre se fijan más en Madrid, entre otras cosas porque es la Comunidad Autónoma más poblada de España, y en concreto en esta ocasión, porque es el foco de rebrotes más preocupante de la Península.
El otro argumento que usa Casado para decir que todo es una campaña contra el PP y contra Ayuso se llama Adriana Lastra Efectivamente, la portavoz del grupo socialista ha sido un buen azote de la presidenta madrileña desde que esta juró su cargo. Las invectivas, sin embargo, han circulado siempre entra ambas en las dos direcciones y con un estilo parecido: ese tono un tanto pandillero que ha adoptado la política últimamente.
La última interpelación de Lastra a la presidenta ha sido para decirle que confine Madrid entero, sabiendo que en realidad, necesita la autorización del Gobierno, con el que hasta hoy no se ha reunido. También la ha acusado de "destrozar" la sanidad pública y de mostrar "incompetencia". A esa manera de defender a su Gobierno atacando al de Madrid, se agarra Casado usando un verbo en esa línea excesivamente coloquial que ha adoptado la política: “El PSOE reacciona soltando a Lastra”, ha dicho hoy en El Programa de Ana Rosa con una sonrisa permanente y un tono un tanto despectivo, poco en consonancia con la gravedad del tema que hay hoy sobre la mesa y que indica que hay pocas ganas –de ninguna de las partes– de suavizar el tono y rebajar la crispación política.
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