Celia Villlobos está de plena actualidad: a su participación en la quinta edición de Masterchef Celebrity hay que sumar la aparición de sus memorias profesionales, La política apasionada. Como tantos ex compañeros de profesión –por ejemplo, Mariano Rajoy o Albert Rivera– el grupo Planeta ha sido el encargado de editarle un libro que sale a la venta el 22 de septiembre. En él, la ex política popular repasa sus años en la política, recuerda a algunos compañeros con cariño –por ejemplo a todas las mujeres que marcaron un antes y un después en el PP, incluyendo a Rita Barberá o Isabel Tocino– y también rinde algunas cuentas con el pasado.
En ese repaso de personajes no falta Antonio Banderas, a quien se refiere en términos muy cariñosos ni la baronesa Thyssen, con quien coincidió en sus años de alcaldesa de Málaga, cuando Tita Cervera abrió allí su museo: "Es, como se dice coloquialmente, más lista que el hambre". Y en esos mismos términos, con los que se diferenció de una clase política mucho más estirada de lo que era ella, se expresa también en las páginas de sus memorias para contar cómo y dónde conoció a doña Letizia.
Una merienda distendida
Fue en mayo de 2001, cuando Villalobos aún era la polémica ministra de Sanidad de José Maria Aznar, cargo que desempeñó entre 2000 y 2002 y que incluyó la crisis de las vacas locas, otra relacionada con el aceite de orujo y numerosos enfrentamientos con la OMS, organismo del que la malagueña dice en su libro que es "inútil".
Aquella primavera de 2001 recibió en su despacho madrileño a Letizia Ortiz Rocasolano, que fue a entrevistarla con motivo del DíaMundial sin Tabaco no sólo como ministra sino como ex fumadora. "Se notaba que había preparado la entrevista y me pareció muy rigurosa", describe Villalobos a Letizia para pasar a contar que la charla fue más larga de lo que esperaba y que bromeó con la redactora sobre los quilos que habia ganado al dejar de fumar sin tomar ningún medicamento. De pronto, y después de tanto rato, hubo un incidente: el cámara les anunció que debido a un problema técnico nada de lo hablado se había grabado.
"La pobre periodista estaba muy apurada por la situación, pero yo le quité importancia y dije que mientras esperábamos podíamos merendar. ‘Y que traigan unos cruasanes, te los puedes permitir con lo delgadísima que estás’". Así pasaron la tarde, de modo que cuando se anunció el compromiso con el príncipe Felipe y la vio en pantalla, la reconoció al instante. "Y me alegré porque suponía modernidad y cercanía para la Casa Real".Sobre las recepciones que tuvo hacer a esa casa, sin embargo, no guarda la ex ministra y hoy celebridad televisiva tan buen recuerdo: en varias páginas se queja del "dineral" que tuvo que gastar en vestidos que en ocasiones, sólo se puso una vez.
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