El gran futuro de las voces más flamencas
Guitarricadelafuente se enfrenta al ‘Fast Test’ Bazaar
Es curioso cómo Álvaro Lafuente (Benicassim, 1997), más conocido como Guitarricadelafuente, homenajea los sonidos tradicionales y el folclore desde el presente; cómo se inspira en cantautores como Labordeta o Joaquín Carbonell, o en ritmos tradicionales latinoamericanos (como la vidalita), incorporando la tecnología a sus sonidos. Ad libs y un saxo distorsionado; su guitarra y palmas, y hasta un sonido de radio que se cuela en una de sus canciones. O grabando su disco debut (La Cantera, Sony Music, 2022) por todo lo alto: con la revolucionaria tecnología Dolby Atmos y su sonido espacial. Una inmersión experiencial en las canciones que Apple Music presentó junto al artista el pasado martes en Madrid con una escucha exclusiva.
Para la ocasión, el protagonista eligió cuatro de las canciones de su primer disco: Mil y una noches, Vidalita del mar, Caballito y A carta cabal. “Para mí, son las cuatro patas fundamentales del álbum”, contaba Lafuente al comienzo de la sesión. En el centro de la mesa de un estudio de grabación (como si nos hubiésemos colado en la cocina de este disco), el audio espacial nos sumergió de lleno en cada tema, como lo hace el sonido de una sala de cine. Un paso más allá de la revolución del estéreo hace sesenta años, en el que las palmas de Caballito suenan por detrás de nosotros (tanto, que hasta incita a girarse, buscándolas), como si los músicos de hubiesen colocado a nuestro alrededor para tocar la canción. Una sensación 360 que permite apreciar mejor cada detalle de este elaborado disco, en el que Álvaro dice que su productor, Raül Refree, ha hecho un “verdadero trabajo de orfebrería”, tomando elementos tradicionales y tallándolos para hacer algo diferente y actual.
De eso tiene mucho La Cantera, con la que el valenciano hace referencia a las nuevas generaciones que toman, respetan y transforman la tradición (como él está haciendo con su música, inspirado por todo un abanico de referentes y por el aire rural y mágico de su pueblo aragonés, Cuevas de Cañart), pero también al lugar físico de donde se extraen los materiales en su estado más rudo, antes de crear belleza con ellos. Con más elaboración y artificio (como dice de Mil y una noches), o con minimalismo, pasión y sencillez (que no simpleza), como en la Vidalita.
Sacar esta obra musical al mercado le ha costado a Guitarricadelafuente casi tres años. “Al haber tenido todo este tiempo para investigar y trabajar en el disco, he tenido mucha libertad. Siento que antes, a nivel musical, componía desde el mismo sitio, y en este proceso he aprendido a estar más seguro conmigo mismo y con la música que quería hacer, y a luchar por ella. Ha sido decisivo. Me siento a gusto y confiado con el resultado”, cuenta. Desde luego, y aunque solo lleve un mes en manos (y oídos) del mundo, promete alzarse como uno de los discos del año. Y quizá también uno de los más importantes de la música española de lo que va de siglo. ¿O acaso no es revolucionario que en la era de los ritmos urbanos, un artista de 24 años apueste por la raíz, la tradición y la innovación en su sonido?
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