La confesión llegó en la serie que Justin Bieber protagoniza en YouTube, Seasons: a los 13 años comenzó a consumir cannabis, éxtasis y hongos alucinógenos a tal ritmo que su equipo tenía que dormir a su lado para comprobar que tenía pulso. Un desastre. Hoy, con 25 años es un hombre “limpio” y renovado que confía en recuperase con algunas terapias poco ortodoxas, como dormir en una cámara hiperbárica y cometerse a inyecciones semanales de nicotinamida adenina dinucleótido (NAD) para eliminar las toxinas de su cuerpo y resetear su cerebro. ¿El objetivo? Recuperar su cerebro de los daños causados por las drogas.
Según afirma Justin Bieber, las personas que han tenido un problema con las drogas, cuando las dejan, tienen los centros de placer del cerebro en baja forma. Y lo que hace el NAD es ayudar a reparar esa parte del cerebro y recuperar los centros de placer. ¿Pero es cierto lo que dice el cantante o alguien le está cobrando unas carísimas inyecciones semanales para nada?
Empecemos aclarando que la nicotinamida adenina dinucleótido (el NAD) es una coenzima presente en todas las células del cuerpo y tiene varias funciones esenciales en el metabolismo. Pero hay malas noticias para Justin y todos aquellos que se someten a este caro tratamiento para recuperar sus neuronas: hasta la fecha no hay ensayos clínicos realizados en personas que demuestren ningún beneficio.
“Es una coenzima que se sintetiza en las células a partir de compuestos más sencillos. Y en cuanto a sus virtudes contra, por ejemplo, enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer, ni siquiera existen estudios en pacientes. Se han realizado algunos en modelos animales, pero no ensayos clínicos con humanos”, explica el dr. Pablo Eguia, Vocal de la Sociedad Española de Neurología.
Y por si las dudas, el NAD no sirve para nada en cerebros enfermos, pero tampoco ha demostrado mejorar la memoria ni ayudar a solucionar el jet lag, otras dos indicaciones que usan los que la ofertan como tratamiento para todo tipo de males.
“Hay que tener mucho cuidado con difundir supuestos beneficios de suplementos sin existir evidencia científica. En muchas ocasiones, en base a sus funciones en el organismo y en estudios realizados en animales se “venden” beneficios con estas sustancias. Pero si no tienen detrás la evidencia científica necesaria, no se puede decir que sean eficaces”, concluye el experto.
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