No vamos a andarnos con más dilación: consumir patatas a diario puede mejorar la calidad de la dieta. Así lo ha confirmado un estudio llevado a cabo por Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania y publicado por el British Journal of Nutrition. Un dato que supone una pequeña revolución, especialmente porque devuelve el prestigio que un alimento como la patata debería tener: recordemos que la tortilla de la cual es protagonista surgió en el siglo XX como una necesidad, elaborada con los ingredientes básicos de los que disponía el pueblo.
Pero volviendo al estudio, sus investigadores han comprobado que este tipo de hidrato, comparado con otros granos refinados como “el arroz, la pasta o el pan blanco”, sí beneficia nuestra salud. Así lo observaron después de realizan un experimento: dividieron en dos a un grupo de personas; unos tenían que comer granos refinados como guarnición a diario, durante cuatro semanas, mientras que el otro debía optar por patatas al horno o vapor. ¿El resultado?
Aquellos que habían tomado patatas mejoraron su ingesta de potasio, fibra, almidón y el índice saludable respecto al otro grupo. Aunque los expertos explican que las pruebas se realizaron en personas sanas. «Es importante replicar nuestros hallazgos en otros grupos, como aquellos con mayor riesgo de enfermedad cardiometabólica”, afirman.
El caso es que su hallazgo sirve para romper el tabú que suele girar entorno a la patata: que si engorda, que si aporta demasiado carbohidratos, que si es mejor cambiarla por ensalada cuando el camarero nos pregunta por la guarnición… Eso sí, la mejor manera de tomarla a diario es cocida o al horno, ya que las patatas fritas, especialmente en aceite refinado, no resultan tan saludables.
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