Tilda Swinton ha estado paseando looks camaleónicos dentro y fuera del metraje que presentaba en la Mostra de Venecia, jugando con total looks inspirados en huir de la fama o los paparazzi y la misma Venecia. Para uno de sus paseos por la alfombra roja y la recogida del León de Oro honorífico que premiaba su carrera, Swinton eligió otra vez Chanel (un conjunto de la colección primavera 2020 de Alta Costura), al que añadió un toque personal: sustituir la mascarilla quirúrgica por una máscara dorada y a medida con la que rememorar el estilo de las maschera mobile del carnaval veneciano… Y al mismo tiempo recordar al mundo que Swilton es tan única como inimitable.
La máscara está "inspirada por esqueletos de las mantarrayas, algas y orquídeas", como la describía su creador, James T. Merry,producía un curioso efecto cuando Swinton se tapaba completamente el rostro con ella.
La mezcla de naturaleza inquietante, motivos vegetales, materiales brillantes y distorsión del rostro son sellos bastantes reconocibles en otra de las grandes artistas de los últimos 30 años: Björk. En concreto, desde Biophilia, la ópera íntima y digital que la artista islandesa desarrolló entre 2008 y 2011. Un proyecto en el que conoció a Merry, artesano de máscaras y filtros desde entonces. Merry, recomendado por un amigo en común de la cantante, se plantó en 2009 en la entrevista de trabajo más rara de su vida: coger un avión a Islandia, ir a casa de Björk y desayunar con ella. Se llevó el trabajo. Desde entonces, vive en Islandia, junto a su actual jefa y socia. ¿Su currículum? Un título en Griego Antiguo en la Universidad de Oxford.
Un "desvío vital", como lo ha calificado en múltiples ocasiones Merry, que 11 años después es el co-director creativo de todo el universo visual de Björk, al mismo tiempo mantiene su propia obra como artista independiente. Y que se refiere a sí mismo como un artista del bordado (con una tienda de bordados artesanales en la que todo está agotado, pero en la que es fácil hacerse una idea de su estilo), que además hace otras cosas, como máscaras.
Curiosamente, una de las primeras colaboraciones entre Björk y Swinton (a las que también une su afición por el arte contemporáneo: han coincidido en multitud de exposiciones y muestras) también se dio a partir de Biophilia, cuyo desarrollo inspiró un documental sobre la cantante narrado por la actriz. Aunque en este caso la conexión con Merry viene de otro hombre imprescindible en la vida de Swinton: Jerry Stafford, su estilista personal desde 2011. Stafford no sólo es estilista personal a tiempo completo de Swinton (y de Gwendoline Christie).En su momento también asistió a uno de los nombres cuya versatilidad y estilo más suenan en la memoria colectiva cuando pensamos en Swinton: David Bowie.
Stafford es en buena parte el culpable del recital que está dando Swinton en cada aparición pública de esta Mostra. Incluyendo el viraje al traje masculino en brillante verde lima –y con un pintalabios rosa como un rayo lisérgico que no se aprecia tras la mascarilla– que ha lucido hoy Swinton en la promoción de La voz humana, el cortometraje que Pedro Almódovar y ella han rodado contrarreloj para el festival veneciano.
Almodóvar, con camisa negra floral, y Swinton, han posado juntos y embozados para la presentación del corto, en el que destaca el impresionante Balenciaga rojo que luce la actriz durante su metraje.
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