¿Dormir separados mejora el sexo?

Solo o acompañado. Depende, como todo en esta vida, pero cuando se trata de dormir las opiniones son muchas y muy variadas. Están los que disfrutan la cama compartida y los que prefieren tener su espacio y huyen de los ronquidos, los movimientos involuntarios… o simplemente prefieren tener su espacio propio. Descansar en camas separadas o hasta en diferentes dormitorios no es nada nuevo, durante siglos la aristocracia ha dormido en habitaciones distintas, pero luego gracias a las películas y a que las casas son cada vez más pequeñas las parejas vieron complicado poder descansar en espacios distintos.

Según un estudio realizado por Sleep Council británico el porcentaje de personas que hoy duerme en camas separadas aumentó del 8% al 12% en cinco años. El mismo asegura que casi un cuarto de las parejas elige el descanso por separado aunque sea parte de su tiempo.

En Estados Unidos una de cada diez parejas decide pernoctar en habitaciones diferentes. Otro trabajo sobre este tema, este elaborado por la Universidad de Nuremberg, en Alemania, señala que las dificultades de sueño de una persona pueden afectar el buen descanso de la otra. La apnea y los ronquidos encabezan la lista de trastornos. Además, según la investigación, los problemas de sueño y los conflictos de pareja están relacionados.

Any Krieger, psicoanalista de APA experta en vínculos, confirma que con la modernidad nació la cama matrimonial. «En el momento en el que los campesinos se mudaron a las ciudades y tuvieron que construir casas más compactas”.

Sin embargo, afirma que la tendencia existe y que una de las grandes limitaciones tiene que ver con lo económico. “No es lo mismo vivir en 200 metros cuadrados que en 50”, insiste.

Volviendo al estudio del Better Sleep Council, la investigación añade que otro beneficio de dormir separado, además de tener un mayor descanso es el incremento en las relaciones sexuales.

Perder a la pareja del lado de la cama podría ser un incentivo para mantener relaciones. La sexualidad queda mermada por la rutina; dos camas y dos habitaciones pueden surgir efecto para mejorar las relaciones sexuales, ya que desciende lo rutinario y se echa de menos a la pareja.

Eso sí, para que este “divorcio de cama” funcione, lo importante es que ambos quieran y acepten esta práctica, ninguno de los dos debe sentirse despreciado.

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