Cuando ante nuestros ojos pasa una colección como la que Daniel Roseberry ha realizado en Schiaparelli, nada mejor que sus propias palabras para entender su exquisitez artística:
«Esta temporada gira en torno a una amplia redefinición del oro de Schiaparelli. Hemos trabajado durante temporadas para perfeccionar la tonalidad -ni cálida ni fría, ni cobriza ni rosa-, y este oro ha sido formulado específicamente para la casa, dando forma a piezas de pan de oro de 24 quilates. Lo hemos ejecutado de dos maneras, ambas diseñadas por los extraordinarios artesanos con los que colaboramos. En el primer tratamiento, hemos creado esculturas naif que representan los códigos de la Maison, en arcilla y espuma. A partir de aquí, los ojos y los candados, la langosta, la paloma y una letanía de partes del cuerpo, se convierten en moldes de cuero con la ligereza de una pieza de tejido.
Las esculturas ingrávidas se cubren de pan de oro de 24 quilates y se bordan con cabujones y cristales vintage procedentes de finales de los años treinta. El efecto es infantil y un poco crudo. Lo siguiente que vemos en piezas como un vestido de jersey de seda negro en forma de columna, cuyo corpiño está repleto de largos y temblorosos hilos de metal, como si un corsé hubiera desbordado sus límites, procede de láminas de metal y ha sido martillado, pulido y montado para que se mueva como una medusa en el agua», ha explicado.
Y ha hañadido: «Diseñar esta colección también me hizo darme cuenta de algo más. Hay diseñadores que diseñan porque aman la ropa. Hay diseñadores que hacen ropa porque aman el oficio, porque aman a la gente. Hay diseñadores cuyo trabajo está en deuda con la moda como concepto, o con el glamour como negocio. Pero yo diseño para que la gente sienta algo. Cuando la ropa, la artesanía, el pelo, la música y quien lo luce están en armonía, cuando todos intentan comunicar algo, podemos recordar por qué amamos la moda, por qué yo amo la moda. No es por los famosos. No es por los «likes». No es por las críticas. Es porque, cuando se hace bien, cuando tiene algo que decirnos, puede ayudarnos a sentir lo inarticulable. Es porque todavía tiene el poder de conmovernos».
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fotos: Imaxtree
Fuente: Leer Artículo Completo