Sin patria, sin piedad y con una gran lista de secretos. Así es Raymond Reddington, uno de los fugitivos más buscados del mundo y un excéntrico criminal millonario con laberínticas relaciones al que interpreta James Spader en The Blacklist, aclamada ficción de acción e intriga psicológica.
Nada es lo que parece en este thriller criminal creado por Jon Bokenkamp, en el que Spader, con tres Premios Emmy al Mejor Actor y tres nominaciones a los Globos de Oros en su palmarés, comparte protagonismo con Megan Boone, que encarna a una joven agente cuya presencia será imprescindible para que Reddington acepte colaborar con el FBI y les facilite la ‘lista negra’.
Diego Klattenhoff, Harry Lennix, Ryan Eggold y Parminder Nagra completan el equipo artístico de esta serie galardonada con el Emmy a la Mejor coordinación de escenas de riesgo en serie dramática en 2014 y también reconocida con dos nominaciones a los Globos de Oro y seis más a los Emmy. El público y la crítica internacional se han rendido a esta ficción, renovada por una octava temporada por la cadena NBC.
Así arranca The Blacklist
En la primera entrega de la noche, Raymond ‘Red’ Reddington, exagente gubernamental, llega a la sede central del FBI en Washington y se entrega. Allí, ofrece su ayuda para capturar a Ranko Zamani, un terrorista serbio al que se creía muerto desde hace años. Solo impone una condición: únicamente hablará con la agente Elizabeth Keen, una analista novata con la que aparentemente no tiene ninguna conexión.
En el segundo episodio, titulado El freelance (nº145), Diane Fowler, abogada del Departamento de Justicia, pretende retirar la inmunidad Raymond Reddington, pero éste afirma que seguirá cooperando solo si puede hablar con Liz. Entretanto, un accidente ferroviario tiene lugar en una zona industrial de Maryland y Cooper y Ressler presionan a Fowler para investigarlo, cuando Red asegura que el suceso forma parte del plan un implacable asesino, conocido como ‘El Freelance’ y número 145 de la ‘lista negra’, para matar al comisionado de Planificación de Nueva York que viajaba en el tren.
Wujing (nº84), así se titula el tercer capítulo, donde, tras planear el asesinato de un agente de la CIA en Shanghai, un espía freelance chino y número 84 de la ‘lista negra’, contacta con Red para que descodifique unos archivos encriptados. Poco después, Reddington ofrece al FBI desenmascarar al espía asiático con la ayuda de Liz, que tendrá que hacerse pasar por una experta en criptografía.
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