Es verdad que por mucho que te guste la Navidad puede llegar a ser una época estresante, con multitud de compromisos, reuniones, cenas, ta vez exceso de alcohol, la odisea de los regalos, los kilos de más, la culpa… hay que lidiar con muchas cosas y muchas emociones por lo que lo mejor para no caer en la ansiedad y el desasosiego es seguir un plan de acción que nos permita disfrutar de las fiestas navideñas con tranquilidad y armonía. Apúntate estos consejos para vivir la Navidad mejor que nunca.
Planifica
Planificar es la clave para disfrutar 100 % de las fiestas. Apunta en tu agenda, o en un planning DIY que te hagas en casa, todos los eventos a los que vas a asistir en estos días para poder encajar mejor las citas que tengas que agendar. Dale prioridad a todos aquellos compromisos que no tengas ni que llamar compromiso porque te apetezca muchísimo acudir, aquellos que te aporten felicidad como diría Marie Kondo. Y aprende a decir no a aquellos que no te hagan sentir bien a no ser que te veas obligada por circunstancias ineludibles.
Lo mismo con los regalos de Navidad para que luego no te entren las prisas y acabes comprándolo todo a última hora con el estrés y la ansiedad que esto conlleva. Haz la lista con las personas a las que vas a regalar y decide su regalo ideal, luego solo tienes que ir tachando según vayas adquiriéndolos para que llegado el día tengas todo listo.
Por supuesto todo lo anterior también deberías implementarlo en los menús navideños. Si eres tú quién va a recibir en casa, y tienes que cocinar, elabora con antelación tu lista de ingredientes y de platos que quieras servir, así como las bebidas para que tengas todo controlado y preparado para que el día previsto seas la anfitriona perfecta. Haz lo mismo con tus outfits de fiesta, programar con antelación la ropa que vas a lucir en las fiestas te va a aportar tranquilidad y seguridad en ti misma.
Encuentra un equilibrio
Muchas veces esos típicos excesos navideños nos pasan factura por no saber encontrar un equilibrio tanto en el propio evento como en las comidas de ese día o incluso de esa semana. Si vas a quedar a cenar con familia o amigas y ya sabes que vas a cometer ciertos excesos busca el equilibrio calórico comiendo menos y en el desayuno y la comida y haciéndolo de forma depurativa los días posteriores.
También puedes buscar el equilibrio dentro de la propia comida de Navidad, tomando aperitivos más ligeros y saludables como por ejemplo una ensalada variada o unas gambas a la plancha y luego una porción del plato principal. Si estáis en un restaurante elige elaboraciones ligeras como un pescado al horno y algún entrante como una ensalada o unas vieras a la plancha por ejemplo. Huye de comer fritos rebozados en exceso y de las comidas demasiado grasientas, tu estómago se resentirá al día siguiente e incluso esa misma noche te costará conciliar el sueño por el ardor.
Entre los compromisos sociales encuentra momentos para cuidarte, para relajarte, para leer un libro, hacerte algún tratamiento de belleza, tomar una infusión tranquilamente, darte un baño de espuma o hacer lo que más te gusta. No todo tiene que ser vida social, y como decía Aristóteles en el punto medio está la virtud.
No seas demasiado restrictiva
No es necesario prohibirse determinados alimentos porque esto tiende a crear un efecto rebote debido a la ansiedad que supone restringir aquella comida que tanto te gusta. El secreto está en la moderación. Puedes beber una copita de cava o un vino sin por ello pecar de exceso, y lo mismo con algunos alimentos calóricos, el pan, las salsas o los dulces navideños. Come de todo pero en pocas cantidades y evita fumar en la medida de lo posible.
Incluye opciones saludables como postre
Los postres suelen ser el colofón de las comidas y las cenas navideñas. Los dulces navideños, los turrones, polvorones, chocolates, tartas etc… Hay muchísimas recetas de dulces fit de Navidad que puedes hacer en casa para tener la versión saludable de los postres típicos de la época pero también puedes optar por fruta como la piña, las frambuesas o los dátiles para darle ese toque dulce al paladar con el que acabar la comida navideña con un broche de oro y sin que ni el estómago ni tu figura sufran lo más mínimo.
¡Muévete!
El ejercicio intenso de forma aislada en estos días surte el mismo efecto que hacer una dieta milagro, el cuerpo no está acostumbrado y queda sometido a un estrés que va a darte más problemas que beneficios. Continúa con tu práctica de ejercicio habitual, al igual que con tu dieta saludable para mantener una buena salud en esta época festiva.
Sal a pasear, no te fuerces con una rutina diferente porque lograrás el efecto contrario empeorando tu salud física y haz ejercicios que te ayuden a reconectar contigo misma como el yoga y la meditación que además te va a aportar tranquilidad y armonía en esta época del año tan movida.
Intenta no cambiar tus horarios
No olvides no alterar demasiado tus horarios, salvo los días imprescindibles, para que tus ritmos circadianos no se vean afectados y puedas seguir tu reloj interno escuchando a tu cuerpo y sus necesidades.
Los días que no tengas compromisos procura comer a la misma hora de siempre y de la misma manera que sueles hacer a lo largo del año. Igualmente acuéstate y levántate más o menos a la misma hora a la que lo sueles hacer, aunque disfrutes de vacaciones estos días o tu rutina de trabajo o de horarios escolares hayan variado. Puedes darte una ligera licencia pero no desajustes tus horarios para mantener una buena higiene del sueño y un ritmo biológico óptimo. ¡Felices fiestas!
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