Angelina Jolie tiene seis hijos, tres de ellos adoptados. En una entrevista con Vogue India ha explicado cómo es ser madre adoptiva y en qué momento exacto tuvo claro que quería serlo. No se trató de una decisión aleatoria. Puede que fuera, de hecho, todo lo contrario.
Ocurrió en Camboya cuando viajó con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados siendo embajadora (ahora es enviada especial) en 2001, poco después de haber comenzado a trabajar con ACNUR, para participar en un programa escolar. Jugaba con niño y entonces lo pensó: ‘Mi hijo está aquí. Unos meses después conoció a Maddox en un orfanato. "No puedo explicarlo y soy de los que creen en mensajes o supersticiones. Pero fue real y claro", y Mad (como llama a su hijo que ahora tiene 18 años) se convirtió en su primer hijo, y Camboya en el país que la hizo consciente del drama que viven los refugiados, además del lugar donde construir su casa, muy cerca de la frontera con Tailandia, y establecer la sede de su fundación. Cuando se dispusieron a levantar la vivienda encontraron 48 minas terrestres.
Después conoció a Pax (16) que es de Vietnam y aquello supuso un conflicto para Angelina que no contemplaba la posibilidad de adoptar en el país porque Mad era de Camboya y ambos "tienen una historia compleja”. Pero leyendo un libro sobre derechos humanos "me encontré mirando la imagen de un soldado vietnamita cautivo por estadounidenses. Pensé en mi propio país y en nuestra participación en el sudeste asiático" y en por qué no centrarse "en un futuro en el que todos fuéramos familia. Estoy muy bendecida de que me hayan permitido ser su madre. Estoy agradecida todos los días".
Es madre además de Zahara nacida en Etiopía hace 15 años y de Shiloh, Vivienne y Knox los tres hijos biológicos de 14 años y 11 años que tuvo con Brad Pitt. Una circunstancia que ha cambiado algunas cosas en casa de Jolie: "Adopción’ y ‘orfanato’ son palabras positivas en nuestro hogar", ha contado. También, que a sus hijos adoptivos no puede contarles cómo fue su embarazo y su nacimiento, pero "hablo con mucho detalle y amor sobre el viaje para encontrarlos y cómo fue mirarlos a los ojos por primera vez". Explica que "los niños adoptados vienen con un hermoso misterio de un mundo que se encuentra con el tuyo. Cuando son de otra raza y tierra extranjera, ese misterio, ese regalo, está completo. Ellos nunca deben perder el contacto con su origen. Tienen raíces que tu no tienes. Hónralos, aprende de ellos. Es el viaje más increíble para compartir".
Y por proteger todo esto decidió divorciarse. "Me separé por el bienestar de mi familia. Fue la decisión correcta. Sigo centrándome en su curación", ha confesado. "Algunos se han aprovechado de mi silencio, y los niños ven mentiras sobre ellos mismos en los medios, pero les recuerdo que conocen su propia verdad y sus propias mentes. De hecho, son seis jóvenes muy valientes y muy fuertes".
Concede esta entrevista a Vogue India justo antes del Día Mundial de los Refugiados que se celebra este 20 de junio. Sensibilizada por la situación de los refugiados del mundo que ahora, además, se enfrentan al coronavirus -está especialmente preocupada por los de Yemen- cree que la película que dirige Primero mataron a mi padre es la cinta que "casa con esos mundos", Hollywood, ACNUR y la fundación Maddox Jolie-Pitt (MJP).
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