Charlie Brooker, creador de Black Mirror: cuando la realidad supera a la ficción

La serie Black Mirror ha proyectado algunas de las pesadillas más inquietantes que se recuerdan en los últimos tiempos. Con la adicción tecnológica de la sociedad actual como hilo conductor, su creador Charlie Brooker lleva una década poniendo a la audiencia frente al espejo de la pantalla, haciéndole dudar cómo de cerca, cómo de posible, es la distopía que planteaban sus historias para no dormir.

Conociendo a Charlie Brooker:

  • ¿Quién es? Este británico de 49 años pasó de ser uno de los columnistas más respetados de Reino Unido a uno de los creadores televisivos más admirados del mundo gracias a la serie Black Mirror.
  • ¿Por qué nos inquieta? Tras proporcionar distopías terribles en un futuro que parecía a la vuelta de la esquina, ha asegurado que el Covid-19 ha provocado un presente incluso peor del que él mismo podría imaginar.
  • Ha dejado de pensar en nuevas tramas para la serie de Netflix, centrándose en Antiviral Wipe, un programa de humor de la BBC en el que “sólo quiero que la gente se ría”.

Hasta hace no mucho tiempo, Miley Cyrus atrapada en una especie de Alexa, el chantaje de un hacker o los perversos mecanismos de Tinder eran argumentos suficientes para provocar escalofríos. Sin embargo, el escenario que ha configurado la pandemia global ha conseguido que el miedo a ese futuro sea cosa del pasado. La nueva normalidad ha superado incluso la ciencia-ficción de Black Mirror. Así lo reconoce Brooker, que ha aplazado escribir lo que iba a ser la nueva temporada de la serie de Netflix. “No sé ahora mismo si la gente tiene estómago para historias sobre sociedades que se vienen abajo”, explicó a Radio Times a comienzos de mayo.

Confinado en su hogar londinense en el barrio de Ealing ha encontrado en el humor “la catarsis para una situación así”. El resultado es Antiviral Wipe, un especial televisivo guionizado y presentado por él, con cameos de Boris Johnson, Elton John o Isabel II, en el que analiza con finísima ironía británica la reacción a esta crisis. “La última vez que aplaudí a un cartero fue sarcásticamente; había tardado mucho en traer un paquete”.

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