Camilo Blanes, el hijo de Camilo Sesto: una vida discreta en Torrelodones y un disco a punto de salir

Nadie pone en duda a estas alturas que Camilo Sesto forma parte del olimpo musical española. El artista alicantino lo consiguió todo en el mundo de la música con más de 40 producciones discográficas, 52 números uno en la década de los setenta y unas ventas estimadas de 70 millones de copias de sus discos. En el 75, Camilo se convertía en Jesucristo Superstar (obra que él mismo produjo) y este personaje le acompañó hasta el final de sus días cuando el 8 de septiembre de 2019 fallecía pocos días antes de cumplir los 73 años como consecuencia de un fallo renal.

El triunfo de un joven de clase humilde

Una de las grandes alegrías de Camilo Blanes Cortés, que vino al mundo en Alcoy en 1946, fue el nacimiento de su hijo Camilo, conocido como Camilín durante muchos años. Era el año 1983 y el artista llevaba dos décadas disfrutando de la gloria y el éxito. Comenzaba su carrera con apenas 16 años y a mediados de los sesenta ya formaba parte del grupo Los Dayson, con el que cantaba en bodas y bautizos en su localidad natal. Pero Camilo quería más. Se mudó a Madrid y allí empezó a hacer coros para otros músicos y trató de hacerse un hueco en el mundo de la pintura, otra de sus grandes pasiones, para poder sobrevivir en la capital.

Poco después entró al grupo Los Botines, al que le añadió su nombre para darse a conocer, y fue uno de los protagonistas de Los chicos del Preu, una de las cien películas más vistas de la historia del cine español. “Con esta la voy a armar, seré famoso, grabaré discos que se venderán por millones”, decía Camilo en la cinta a modo de premonición. A partir de ahí empezó su trayectoria como solista y en el 71 grabó su primer álbum Algo de mí, dirigido por Juan Pardo. Ahí nacía la figura de Camilo Sesto.

Cruzó el charco, quedó quinto en el Festival OTI y participó en el Festival de Viña del Mar. El 6 de septiembre de 1975 ponía en marcha Jesucristo Superstar en España, un éxito de Broadway que le fascinaba y que logró que fuera un gran éxito de público en nuestro país en plena llegada de la Transición. En las siguientes décadas, Camilo publicaría casi un álbum por año y grandes temas como Vivir así es morir de amor quedarían ya para siempre grabados en las memorias de los españoles, pero también de gran parte de Latinoamérica y Estados Unidos, donde Sesto triunfó tanto o más que dentro de nuestras fronteras.

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Un niño deseado y buscado

Su hijo Camilo Blanes nacía en 1983, en pleno boom musical de Sesto. El niño fue fruto de una relación del cantante con la mexicana Lourdes Arnelas. Hasta ese momento, la vida privada de Camilo había sido todo un misterio. Durante los primeros años de carrera se hablaba de él como el soltero de oro del mundo de la música. Su primer amor conocido fue Laura Casale y también mantuvo un romance con su corista, Andrea Bronston. El hermetismo reinaba en él y en su entorno, hasta que un día, Sesto se bajó de un jet privado en el aeropuerto de Barajas de la mano de la mexicana y junto a su bebé recién nacido, para sorpresa de todos, ya que nadie sabía ni de la existencia de Lourdes ni de su embarazo.

Poco después, el cantante dio una exclusiva junto a Arnelas y su hijo en la revista ¡Hola! en la que hacía la ‘presentación oficial’ de su pareja de 26 años. “Hace 14 años ella era fan mía. De fan pasó a ser amiga. De amiga, a íntima amiga. De íntima amiga, a eterna amiga. Y ahora es una persona indispensable en mi vida”, declaraba entonces y añadía que su hijo era “fruto del amor” y de sus ganas inmensas de ser padre a los 37 años. “Ya tengo mi hijo, y no quiero ocultarlo ni un segundo, no quiero ocultar lo que es mi felicidad”, explicaba. Eso sí, el artista siempre tuvo alergia a los compromisos y, por tanto, al matrimonio. “No me voy a casar. Está todo muy aclarado y muy explicado entre la madre de mi hijo y yo”, recalcaba añadiendo que no había podido estar en el parto el 24 de noviembre de 1983, pero que en cuanto se enteró aterrizó en México para estar a su lado.

Durante un tiempo, Camilo, Lourdes y Camilín (al que su padre llamaba en tono jocoso Camilo Séptimo) vivieron juntos en la espectacular casa de él en Torrelodones, en la sierra de Guadarrama y a unos 30 kilómetros de Madrid. Pero las cosas entre ellos no funcionaron y poco después ella regresaba a México con su hijo. Pero los problemas económicos, siempre según la versión de Sesto, hicieron que él pidiera la custodia total del niño y que se lo trajera a España para tenerlo a su cargo. “Hasta en la línea de mi mano está escrito que iba a tener un hijo. Y lo tengo”, decía rotundo Camilo.

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Una relación padre e hijo muy complicada

El niño vivió su infancia alejado de su madre, algo que le provocó momentos muy duros en su adolescencia, cuando tuvo que pasar por varias depresiones por este motivo. Años más tarde, Camilo Jr confesaba que su padre no le impedía ver a su madre, algo que ella llegó a asegurar en más de una ocasión.“Si mi madre no pudo estar conmigo cuando era pequeño se debió a las dificultades económicas que pasó en aquel tiempo. Ella tenía la libertad de venir, a lo mejor no el poder económico”. Aunque el joven estuvo al lado de su padre en alguna entrevista demostrando su gran timidez y su personalidad introvertida frente a las cámaras, su relación fue enfriándose y terminaron distanciados por completo cuando el joven decidió instalarse en México para estar más cerca de su progenitora y poder empezar allí una carrera como cantante sin estar bajo la sombra grandiosa de su padre.

Hasta la muerte de Camilo Sesto, él y su hijo se vieron en contadas ocasiones. En 2019, tras conocerse el fallecimiento del cantante, Camilín voló de inmediato a Madrid y se convirtió en heredero universal de legado musical y financiero de su padre. A pesar de sus diferencias, Camilo Jr siempre ha hablado con amor y admiración de la figura de su padre como artista. Es más, en febrero de 2019, meses antes de la desaparición del cantante, su hijo le pidió ayuda y asesoramiento legal para pedir el divorcio de una joven suiza con la que había contraído matrimonio en México poco tiempo antes.

Aunque su carrera musical nunca ha llegado a despegar del todo, el hijo de Camilo Sesto sacó su primer disco en 2014. Se titulaba Es lo que siento y en él, Camilo Jr se definía como un cantante mexicano-español. Desde 2019, está instalado en la casa de Torrelodones que le dejó en herencia su padre, no ha querido nunca hacer declaraciones sobre su vida al lado de su padre y él ha sido el encargado de facilitar los trámites para la cesión de algunos objetos personales del intérprete para la creación de un museo en homenaje a su figura en la tierra que le vio nacer, Alcoy.

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El único gestor de la herencia

Hace unos días, la discográfica estadounidense Fonovisa, que forma parte de Universal Music Latin Entertainment, anunciaba que Camilo Blanes Ornelas sacará este mes de agosto un disco de baladas en el que se incluirán algunos éxitos de su padre y de otros artistas como el mexicano Manuel Mijares. Por el momento, como adelanto, han presentado la canción No hace falta, segundo single después el publicado en junio Tributo a mi padre, un medley con algunos de los temas más conocidos de Sesto.

Este anuncio ha sido una sorpresa ya que hace unos meses, fuentes cercanas al joven de 37 años explicaban que Camilo se dedicaría únicamente a gestionar la herencia de su padre y que dejaría aparcada la música durante un tiempo. Camilo Sesto le dejó un amplio legado: además de la casa de Torrelodones, también contaba con una parcela de 2.500 metros en la misma zona, un chalet en La Chopera de Las Rozas y una casa en Marbella donde solía veranear. Camilín heredaba también unos dos millones de euros en activos financieros y los éxitos musicales del cantante (derechos de autor por sus canciones que él componía y producía) podrían seguir generando unos 200.000 euros cada año.

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