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Boris Johnson pasó una semana hospitalizado y tres días ingresado en la UCI por coronavirus. Su prometida Carrie Symonds, también con síntomas del virus, confesó, cuando el primer ministro británico recibió el alta, que vivió "días oscuros" e incluso llegó a temer por la vida de Johnson. La pareja se fue a descansar a Chequers, la residencia oficial de verano del primer ministro, e inesperadamente Carrie se puso de parto. El niño nació el miércoles aunque se le esperaba para el verano, según la pareja contó el pasado febrero cuando anunció que esperaba su primer hijo -el sexto de Johnson- y que se había comprometido.
Unas semanas llenas de tantas emociones que ahora, cuando madre e hijo están bien, y Boris Johnson ya ha regresado a su despacho del 10 Downing Street -el permiso de paternidad se lo cogerá más adelante-, ambos tratan de encajarlas en sus nuevas vidas sabiendo que lo ocurrido no lo olvidarán. Para que siempre les acompañe, han puesto a su recién nacido Wilfred Lawrie Nicholas Johnson. Wilfred por el abuelo de Boris Johnson, Lawrie por el abuelo de Carrie y Nicholas en honor a los dos médicos que “salvaron la vida" del primer ministro, Nick Price y Nick Hart, ha escrito Symonds.
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Carrie Symonds ha publicado en Instagram la primera imagen suya con el bebé, con un llamativo pelo rubio probablemente heredado de su padre, nacido en el Hospital Universitario del NHS del centro de Londres, a cuyo equipo de maternidad ha agradecido la atención. Ha confesado que no puede estar más feliz y que su corazón “está completo” con su pareja recuperada y su hijo entre los brazos.
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