El tres veces primer ministro de Italia está pasando la cuarentena cerca de la Costa Azul junto a su nueva novia, una diputada de su partido 50 años más joven que él.La noticia la confirmaba Emmanuel Delmotte, alcalde de la localidad francesa de Chateauneuf-de-Grasse, a unos 35 kilómetros de Niza. Silvio Berlusconi llegó hace casi tres semanas a la ciudad para realizar un “viaje privado” que probablemente “se alargó a causa de las circunstancias”, dijo el edil al diario local Nice-Matin. En este paradisíaco rincón del sur de Francia, Marina Berlusconi, la hija mayor del magnate, posee una espectacular mansión del siglo XIX donde pasa algunos fines de semana durante el año.
Presidenta de la editorial Mondadori y de Fininvest, el holding empresarial de la familia, Marina Berlusconi es miembro del Consejo de Administración de la compañía audiovisual Mediaset y consejera del banco Mediobanca. A sus 53 años está considerada una de las mujeres más influyentes del mundo, pero en Chateauneuf-de-Grasse disfruta del anonimato junto a su marido, Maurizio Vanadia, y sus hijos, Gabriele y Silvio. Una tranquilidad que se rompió en 2010 después de que los siete perros que custodiaban la propiedad fueran envenenados por desconocidos que intentaron acceder a la vivienda, según publicaron varios medios franceses. A pesar del incidente, esta residencia sigue siendo el refugio favorito de la empresaria y de su familia.
Cuando estalló la epidemia en el norte de Italia a finales de febrero, Silvio Berlusconi (Milán, 1963) se encontraba disfrutando de unas pequeñas vacaciones en el cantón suizo del Ticino junto a su nueva pareja, Marta Antonia Fascina, una diputada de Forza Italia de 30 años a quien conoció cuando ésta trabajaba en el gabinete de prensa del AC Milan, el equipo de fútbol entonces propiedad del empresario.
Cuenta el periódico Il Fatto Quotidiano que fue Alberto Zangrillo, su médico personal en el Hospital San Rafael de Milán, quien junto a la familia del político decidieron que el líder de Forza Italia y actual eurodiputado en el Parlamento Europeo se refugiara en Francia, mientras el país transalpino se enfrentaba a la peor crisis sanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. El Covid-19 se ha cebado especialmente en la región de Lombardía, cuya capital es Milán, donde tiene su residencia oficial el ex Cavaliere.
Los cinco hijos del magnate, nacidos de sus dos matrimonios fallidos con Carla Dall’Oglio y Veronica Lario, temen que la delicada salud de su padre pueda verse comprometida. Berlusconi tiene 83 años y sufre de diversas patologías cardíacas. En 2016 fue sometido a una operación a corazón abierto durante la que le fue sustituida la vena aorta por una biológica de origen animal, y hace justo un año, durante la campaña a las elecciones europeas celebradas en mayo, tuvo que ser operado de urgencia después de sufrir una obstrucción en el intestino.
El hombre que ha dominado durante 20 años la política italiana permanece en realidad apartado de la vida pública desde hace tiempo. Después de haber sido condenado por fraude fiscal, expulsado del Senado italiano e inhabilitado para ejercer cargos públicos, su rehabilitación política poco después de las elecciones generales celebradas en marzo de 2018 parecía predecir su renacimiento como líder de su partido. Sin embargo, la presencia del ex Cavaliere en la política italiana es prácticamente testimonial. Su lugar como líder de Forza Italia lo ocupa quien tiene todas las papeletas para convertirse en el heredero político del magnate, el ex presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. Precisamente Berlusconi fue elegido eurodiputado en las listas de su partido el año pasado, pero tampoco se ha dejado ver por Bruselas estos últimos meses.
El ex Cavaliere disfruta de una vida relajada en compañía de su nueva pareja después de poner fin a más de diez años de relación con Francesca Pascale, la mujer de 34 años que pasó de ser la presidenta de su club de fans a convertirse en su sombra. En una inusual nota de prensa enviada por WhatsApp a los periodistas que cubren la información de su partido, el equipo de comunicación confirmó recientemente que la pareja estaba rota, después de que la revista Diva y Donna publicara unas fotos del político junto a otra mujer en un balneario de lujo en Suiza. “Es apropiado confirmar que existe una relación de afecto y amistad verdadera y profunda entre el presidente Silvio Berlusconi y la señora Francesca Pascale, pero que no existe una relación sentimental entre ellos”, se podía leer en el breve comunicado.
Desde su confinamiento en Francia, Berlusconi sigue con atención el avance de la emergencia sanitaria por la difusión del coronavirus en Italia, donde ya se ha superado el número de muertos registrados en China desde el inicio de la epidemia. “Estoy preocupado, angustiado como todas las personas conscientes de la gravedad de la situación. Tenemos el deber de poner de nuestra parte, respetando con la máxima disciplina las disposiciones de las autoridades”, escribió este viernes en las redes sociales.
El magnate ha sido uno de los muchos rostros conocidos en el país transalpino que han respondido al mensaje de auxilio lanzado por las autoridades sanitarias ante el colapso de los hospitales en el norte del país. El líder de Forza Italia ha donado 10 millones de euros de su propia fortuna a la región de Lombardía, la más afectada por la epidemia, que servirán para financiar 400 nuevas unidades de cuidados intensivos en un hospital de campaña que las autoridades locales están construyendo en los pabellones del antiguo recinto ferial de Milán. Con un patrimonio valorado en 6.300 millones de dólares, según la revista Forbes, Berlusconi es el séptimo hombre más rico de Italia.
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