Hoy, la familia de Bruce Willis es una piña, tal y como comprobamos a principios de esa cuarentena en la que mostraba estar pasándola con su ex Demi Moore. Pero hubo un tiempo en el que una de las hijas nacidas durante su relación, Tallulah, no se hablaba con su madre. Tres años de travesía en el desierto a los que la joven ha explicado cómo puso fin.
La explicación ha llegado con motivo de la celebración, el pasado fin de semana, del Día de las Madres en América. La joven hace una reflexión sobre los cambios internos que experimentó y que le llevaron a zanjar esa batalla con Demi para tender un puente y recuperar la confianza y los momentos entre madre e hija.
Ha sido junto a una foto en la que aparece al lado de la actriz donde ha escrito: «Canalizando el amor y la fuerza para que cada madre lo sea: madres cansadas, madrastras y madres que han perdido algo precioso. Se lo dedico a cualquiera que tenga dificultades para celebrar un día en que les recuerde una pérdida».
Tras esa breve introducción, es cuando se mete de lleno en el conflicto que mantuvo con la suya.: «No hablé con mi madre durante casi 3 años, y durante ese tiempo destrocé este día. Me transporto a un tiempo de piezas fragmentadas, hecha polvo absolutamente. Recuerdo llorar mientras conducía al trabajo al escuchar un anuncio de radio que recomendaba alegremente qué perfume le encantaría a mamá».
«Digerí toda la naturaleza de ese día de celebración transformándolo en un desaire insensible hacia mi dolor y mi historia», continúa ates de añadir cómo eso dio un vuelco: «Sin embargo, mi historia cambió. A través de una metamorfosis de autorreflexión interna y una maleabilidad para perdonar, esos años no se extendieron para siempre. La gratitud hacia esa verdad nunca ha perdido su potencia».
El aquí y ahoracomenzó un día con un abrazo a mi deidad materna y un beso descuidado en la mejilla»
«Mi madre me ha fascinado, atrayéndome de manera magnética. Si me conoces personalmente, conoces la magnitud de su presencia en mi vida. A menudo me pregunto qué tipo de conexión podría formarse si conociera a la Demi, de 26 años. Creo que nos reiríamos mucho. Es de ese tipo de personas que aún si estás en silencio, te dobla y te deja sin aliento», continúa con esa alabanza a la figura de su madre y lo que representa para ella.
«El aquí y ahora comenzó un día con un abrazo a mi deidad materna y un beso descuidado en la mejilla. Me fascina todo lo que eres @demimoore, y todo lo que sigues enseñándome. Soy testigo de lo que este día significa para ti y de dónde vienes. Te quiero. Eternamente tu bebé, Tallulah Belle», remata esa bonita declaración a su madre que, a la vez puede valer de perdón público por todo ese tiempo perdido entre ellas.
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