El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ingresó el viernes en el hospital militar Walter Reed, en Bethesda, Maryland, después de dar positivo en coronavirus y presentar algunos síntomas que aconsejaron su traslado desde su residencia en la Casa Blanca. Trump grabó un vídeo aún en Washington asegurando que se encontraba bien. Ya en el hospital publicó un tuit en la misma línea tranquilizadora.
El sábado, los médicos que le atienden insistieron en que había evolucionado bien y que ya no tenía fiebre aunque no quisieron especificar si había necesitado o no oxígeno y no quedó del todo claro cuándo exactamente supieron que Trump se había contagiado si fue el jueves cuando el presidente lo anunció o fue antes como pareció que dejaban entrever los facultativos. En realidad, no se sabe cuándo fue el contagio en unos días de intensa actividad en su agenda que incluyó desde actos multitudinarios al debate con el candidato demócrata Joe Biden.
Tras la rueda de prensa de los médicos, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, advirtió de que las siguientes 48 horas serán críticas. Confusión que provocó que el propio presidente saliera al paso. Lo hizo publicando en Twitter un vídeo grabado desde el hospital, “el mejor del mundo”, dijo, en el que aseguraba que se sentía mucho mejor que cuando llegó al tiempo que añadió que “el verdadero reto será el siguiente par de días”.
Aseguró que cree que regresará pronto para “hacer Estados Unidos grande otra vez” y confía en seguir con la campaña electoral y terminarla “como empezamos”: “Vamos a vencer a este coronavirus o como quieran llamarlo”, dijo. Explicó que prefirió trasladarse a este hospital en lugar de permanecer en la Casa Blanca y no poder ir al Despacho Oval y no departir con ninguno de sus compañeros. “No puedo hacer eso, debo estar al frente. Esto es Estados Unidos, este es el mejor país del mundo, el país más poderoso del mundo. No quiero encerrarme en una habitación, ponerme a salvo y decir: ‘que pase lo que tenga que pasar’. Debemos afrontar los problemas, un líder debe afrontar los problemas. Ningún gran líder nunca hubiera hecho eso”. Ha continuado asegurando que Melania está llevando la enfermedad “muy bien” porque, ha bromeado, “como habréis leído ella es algo más joven que yo, solo un poquito”.
Vestido con chaqueta y camisa y sentado en una mesa de trabajo dejó ver muy poco de cómo son las estancias del Walter Reed que ocupa el presidente. Se trata de una suite presidencial llamada Ward 71 de unos 900 metros cuadrados, según han publicado algunos medios, que ocupa una planta completa de uno de los edificios del complejo hospitalario. La estancia donde ahora se aloja Trump incluye dormitorios para el presidente, la primera dama y los invitados dotados con equipos tanto de comunicación como de protección; sala de estar con distintos sillones, sofás, alfombras y televisión; comedor; cocina con todo el equipamiento necesario para preparar al presidente lo que necesite; despacho; salas de conferencias e incluso una unidad de cuidados intensivos con habitación para el médico de la Casa Blanca que acompañará al presidente las 24 horas del día todos los días que se prolongue su hospitalización. En principio, “unos días”.
Aquí es donde el presidente tiene intención de seguir con su trabajo a pesar de no poder seguir con su agenda de la manera que a él le gustaría a solo tres meses de las elecciones. La suite Ward 71, remodelada en 2011 (las fotografías que se han compartido en redes sociales serían previas a las obras, según USA Today), es una de las seis habitaciones especiales reservadas desde su creación en 1977 para pacientes de alto rango militar y miembros del gabinete de la Casa Blanca. Esta en concreto es solo para presidentes.
El hospital de Bethesda es el centro médico militar más grande de Estados Unidos. Atiende a los heridos y enfermos en conflictos mundiales. Unos 7.000 trabajadores atienden a los hospitalizados en los 88 edificios con 244 camas, 50 de UCI y 165 smart suites que componen este centro hospitalario entre los que ahora se encuentra el presidente de 74 años. Fundado en 1909 y reinaugurado en 1940 por Franklin Roosevelt,ha atendido a todos los presidentes de Estados Unidos que lo han necesitado desde entonces. Aquí operaron, por ejemplo, al expresidente Ronald Reagan en 1985 y se le hizo la autopsia a John Fitzgerald Kennedy tras su asesinato el 22 de noviembre de 1963.
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