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Su boda en el Palacio de las Dueñas en octubre de 2005 se convirtió en el gran evento social y de la aristocracia del año. A pesar de que los novios, Cayetano Martínez de Irujo (57) y Genoveva Casanova (43), querían un enlace discreto, fueron muchos los que quisieron acercarse para ver al quinto hijo de la duquesa de Alba con su traje de maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y a la joven mexicana con su vestido diseñado por Manuel Mota para Pronovias junto a los pequeños Luis y Amina, hijos de los novios, que por aquel entonces tenían cuatro años. Han pasado catorce años y la pareja está divorciada desde 2008, pero siempre ha mantenido una excelente relación de amistad.
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La buena sintonía entre Genoveva y Cayetano la estamos comprobando en este estado de alarma, ya que la mexicana está pasando el confinamiento en el Palacio de Arbaizenea, en San Sebastián, el que fue el lugar de residencia estival de Cayetana de Alba, que la duquesa donó antes de su muerteasu hijo Cayetano. El espectacular enclave en el que está recluida Genoveva (y del que ha disfrutado en alguna otra ocasión tras su divorcio) fue construido en 1881 por Carlos Martínez de Irujo, el abuelo de Luis Martínez de Irujo, primer marido de Cayetana de Alba.
La casa palacio ocupa una superficie de casi 500 metros cuadrados divididos en cuatro plantas en las que hay desde una bodega a un establo. En 2006, la Casa de Alba cedió al Ayuntamiento de San Sebastián parte de los terrenos de la finca para un parque público y la construcción de viviendas de lujo, y sus jardines se utilizan también para celebrar bodas.
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Paseos con Taj, yoga y lectura
Antes de que se decretara el confinamiento, Genoveva ya se encontraba en la ciudad vasca y ahí ha permanecido durante estos ya más de dos meses. La exmujer de Cayetano está viviendo la cuarentena en soledad, con la única compañía de su perro Taj, un pastor suizo blanco que como anécdota cuenta con su propio perfil de Instagram (@thetajtales) donde podemos verle con su dueña y sus hijos en diferentes momentos de su vida cotidiana y en algunos viajes familiares.
Además de salir a pasear a su perro, Genoveva ha aprovechado estas jornadas en casa para dedicarse a la lectura, para ver misa en televisión -la pasada Semana Santa se conmovió con la imagen del Papa Francisco solo en San Pedro del Vaticano- y, sobre todo, a la práctica del yoga, disciplina que sigue desde hace años.
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Ha seguido clases online de yoga con su profesora habitual cuando está en Madrid, Keila Velon, fundadora del centro Barquillo Hot Yoga. Como muchos otros famosos, Genoveva también ha tenido ocasión para recordar viejos tiempos de cuando sus hijos eran aún niños mostrando lo mucho que les está echando de menos en esta situación.
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Cayetano, con sus hijos en Sevilla
Amina y Luis, que estudian en Reino Unido, regresaban a España pocos días antes de que se instaurara el confinamiento obligatorio en nuestro país ya que los centros universitarios han permanecido cerrados también en Inglaterra desde marzo. Amina estudia Lengua, Cultura y Comunicación en la Warwick University, a las afueras de Coventry, y Luis está matriculado en Historia y Relaciones Internacionales en la Universidad de Exeter, a unas tres horas de donde reside su hermana. Los jóvenes se encuentran ahora recluidos junto a su padre, el conde de Salvatierra, en Sevilla.
Cayetano ya estaba en su finca Las Arroyuelas, ubicada en Carmona, antes de la extensión de las medidas sanitarias por el coronavirus y, tras el regreso a Madrid de los mellizos, tanto Luis como Amina optaron por viajar a casa de su padre para pasar estos días alejados del mundanal ruido, disfrutar de paseos al aire libre y bucólicas tardes montando a caballo. Además, como ha dejado ver en su perfil de Instagram Amina, junto a ella se encuentra Gigi Moragas, la hija pequeña del expolítico del PP Jorge Moragas, que es una de sus mejores amigas. Las chicas han aprovechado los días y los parajes de la finca para realizar sesiones de fotos improvisadas en las que Gigi hace de modelo.
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La finca Las Arroyuelas, de unas 2.000 hectáreas, está situada a una media hora de Sevilla y es el primer hogar en el que Cayetano y Genoveva vivieron junto a sus dos hijos cuando eran pareja. La casa se encuentra en el centro de una explotación agraria que fue declarada empresa modelo tras el impulso de Luis Martínez de Irujo, padre del conde de Salvatierra. Cuenta con una ermita dedicada a la Virgen del Rocío.
“Fue una sorpresa que mi madre me diera esta finca porque tiene un gran valor histórico. A mi abuelo (Jimmy Fitz-James Stuart) no le gustaba el campo y tenía todas las tierras subarrendadas. Esta fue la primera que recuperó mi padre y a partir de aquí, el resto”, explicaba Cayetano en una entrevista concedida a Vanity Fair en 2017. “No es ni la más bonita ni la más importante de las propiedades, pero le guardo un cariño especial”, añadía.
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Eugenia se dedica a pintar
En las últimas semanas, Eugenia Martínez de Irujo, hermana pequeña de Cayetano, ha sorprendido a sus seguidores subiendo a Instagram una serie de dibujos hechos por ella misma, una afición que la duquesa de Montoro ha retomado durante el confinamiento después de muchos años sin ponerse delante de un lienzo en blanco.
Uno de los dibujos más especiales que nos ha dejado ver es uno en el que copia un cuadro de un arlequín azul que le regaló su madre, la duquesa de Alba, y que Cayetana había pintado cuando tenía apenas 13 años. Este lienzo ocupa un lugar en su corazón y también en una de las paredes de su casa madrileña, donde se encuentra estos días. Eugenia también ha publicado pequeños cuadros de coches de caballos, otro de la Vírgen del Rocío y varios de mujeres bailando flamenco, otra de las grandes pasiones de la diseñadora de joyas que heredó de su madre.
Además de la pintura, Eugenia ha estado muy pendiente esta cuarentena de los directos que han llevado a cabo en las redes sociales algunos artistas españoles como Alejandro Sanz o Pablo López, que forman parte de Universal Music, compañía que preside su marido Narcís Rebollo en España y Portugal.
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