Carlos Vázquez Moreno, alias Tibu, fue una de las personas más influyentes de la música española durante tres décadas. Fue mánager de Hombres G, El Canto del Loco (liderado por Dani Martín, que en los últimos meses ha pasado por un problema de salud), Marta Sánchez, Miguel Ríos, José Mercé o Luis Eduardo Aute.
Sin embargo, en 2010 todo se torció. En noviembre de ese año, El Canto del Loco le denunció por apropiación indebida y deslealtad societaria. El grupo acusaba al mánager de haberse quedado con parte de los beneficios de la gira de 2008. La cantidad ascendía a 222.000 euros. En 2015, Tibu ingresó en la cárcel de Soto del Real. En el mismo módulo que Eduardo Díaz Ferrán, ex presidente de la CEOE, o el ex banquero Mario Conde. Pasó allí algo más de cuatro años. Salió en abril de 2019, con casi 60 años. Ahora, Tibu ha decidido contar su historia en «Memorias de un mánager» (Lince), un libro recién publicado y que va a dar mucho que hablar.
El libro viene con carga de profundidad y una advertencia: el mánager puede tirar de la manta si las cosas se ponen feas. Las primeras líneas del volumen, de 304 páginas, no dejan lugar a dudas: «Guardo en el despacho de un notario fotos, correos, mensajes de texto y todo tipo de escritos de muchos personajes conocidos que romperían familias, empresas y hasta algún que otro partido político. No tengo intención de sacarlos a la luz, salvo que un juez o mi propia necesidad me obliguen a ello».
Aparte de contar en el libro secretos suculentos de muchos artistas y repasar el panorama musical español desde los años 80, Tibu se ha despachado a gusto en una entrevista en «Vanity Fair». En la charla ha dicho cosas como «Está muy bien que la gente crea que David Summers es el yerno ideal de España y El Canto del Loco un grupo maravilloso, pero igual no es así. Ni yo soy tan malo ni ellos tan buenos». Además, asegura que «Hombres G eran unos gourmets del sexo», que «Aute estaba obsesionado por el dinero» o que José Mercé le dio de lado cuando en casa del mánager empezó a faltar el Moët&Chandon. Ahora solo cabe esperar las reacciones de los aludidos.
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