Que Tamara Falcó haya fichado por ‘El Hormiguero’ es una auténtica bendición, porque está haciendo todo ese despliegue de naturalidad que le ha permitido meterse a la prensa en el bolsillo en sus 39 años de vida, en vivo y en directo. En la semana en la que ha copado los titulares porque le ha dado una nueva oportunidad al amor tras años de soltería (si aún no sabes quién es él, deberías pinchar aquí), ha vuelto a contar una de esas anécdotas familiares que tanto nos gustan.
Este jueves se encontraba hablando con Pablo Motos de las Navidades en familia. Esas que, parece, este año vamos a tener que mirar desde la perspectiva del prisma de la nostalgia debido a las restricciones de movilidad a las que nos obliga la pandemia (o quienes la gestionan). Todos sabemos que su familia, no es una familia normal. Y parece que las reacciones ante algunos sucesos, se salen también un poco del guion.
«La Navidad es bastante complicada. Por un lado los Preysler, los Iglesias, Los Falcó… Ahora están la mitad en Miami», comenzaba desvelando la complejidad de la operativa, aunque reconocía estar encantada con la amplitud de la saga: «La verdad es que tengo mucha suerte de tener tantos medios hermanos». Un escenario general tras el que llegaba esa anécdota que nos tiene fascinadas.
Tamara se remontaba a aquella Nochevieja de 1987 en la que Sabrina tuvo un desliz con su vestuario y dejó uno de sus pechos ante los ojos de la audiencia. «¡Mi hermano me va a matar!», exclamaba, pero como sabe que la relación con Enrique Iglesias es inmejorable, se lanzaba a sacar a la luz uno de esos detalles de la intimidad de su casa.
«Aún vivíamos en Arga. Sabéis que los americanos son muy puritanos con eso de la televisión. Mi hermano tuvo la buena suerte de estar viendo la tele cuando salió Sabrina. Estábamos todo viendo la tele y estaba ella cuando de repente le salió un pecho. No sé si conocéis a mi madre, que es bastante tal… ¡y de repente ve cómo mi hermano se acelera hacia la tele y la abraza!«, relataba muy divertida.
«Y mi madre: ¡Niño qué haces, suelta la tele! ¡No se había visto en otra!», detallaba la reacción de Isabel Preysler justo antes de darle un ‘zasca’ a Pablo, que se reía solo con el hecho de imaginarse cómo tuvo que ser la situación: «Que conste que tú pasaste también por tu momento Sabrina». Él, con sentido del humor, no lo negaba: «Yo agradecía a la vida que sucediese eso, porque fue tan inesperado. Me hizo mucha ilusión».
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