Su carrera en el mundo de la moda brilla con luz propia: ha sido imagen de firmas como Burberry o Victoria’s Secret, es una de las mejores pagadas de la industria, tiene su propia firma de lencería y de cosméticos y, además, ha sido embajadora de Unicef. Y en todo ello siguió trabajando Rosie Huntington-Whiteley estando embarazada. Sin embargo, algunos medios relegaron sus éxitos profesionales a un segundo plano para hablar, durante meses, únicamente sobre su físico. Porque la modelo fue ganando peso progresivamente (lo normal cuando estás cocinando un bebé en tu interior, vaya), llegando a pesar 25 kilos más en la recta final de su embarazo.
«Me sorprendieron mucho los comentarios que la gente hizo y la teoría sobre cómo se supone que deben verse las mujeres», ha contado recientemente en una entrevista para el programa de Ashley Graham, compañera de profesión de Rosie, quien se encuentra ahora mismo esperando a su primer hijo. «Fue impactante ver a alguien escribir: Otro cuerpo arruinado después de tener un bebé«, explicaba Rosie.
La modelo ha confesado que las críticas le afectaron durante un tiempo, pero que después cambió de actitud porque, de hecho «engordar fue como una cura de humildad», ha explicado. «Me mantuve en silencio durante unos días, pero luego esto te hace más fuerte. En realidad no podía evitar pensar: ¿en serio vivimos aún en una época donde las mujeres tienen la presión de ‘recuperar su cuerpo’ después de un bebé?».
Y aunque ya han pasado dos años desde que la top model dio a luz a su hijo, y ahora ha vuelto a retomar su rutina de gimnasio (porque ella ha querido, faltaría más), Rosie ha contado que hubo un tiempo durante su embarazo en el que simplemente decidió dejarse llevar: «No paraba de engordar, así que llegó un punto en el que solté las riendas y me divertí mucho», cuenta.
«Dije: ‘vale, veamos cómo va eso’. Y fue un viaje mágico e intenso. Al final simplemente me pasaba el día desnuda por casa porque la ropa ya no me cabía, pero me sentí totalmente empoderada… Aunque costó un poco llegar hasta ahí».
Vía: Women’s Health ES
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