Pocas sagas han dado tantos nombres e historias sobresalientes como la de los Kennedy. Joseph Kennedy fue el patriarca de una dinastía que marcó la segunda mitad del siglo XX. Su hijo John fue presidente de Estados Unidos, Kathleen se convirtió en duquesa, Pat fue una socialité, Robert, Edward y Eunice también se dedicaron a la política, y muchos de ellos (incluido su nieto John-John) tuvieron un final trágico.
Otros nombres de la familia han permanecido en el olvido, como el de la primogénita, Rosemary, a quien le practicaron una lobotomía que la dejó incapacitada. Una historia que ha inspirado la ópera Least Like the Other, una producción de la Ópera Nacional Irlandesa para la Royal Opera House, que recorre los primeros años de Rosemary.
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Rosemary nació el 13 de septiembre de 1918 en Nueva York, en plena pandemia de la gripe española. Según cuentan los archivos de la web JFK Presidential Library, fue más lenta a la hora de aprender a caminar y a hablar que sus hermanos y experimentó dificultades de aprendizaje durante la edad escolar. Pero eso no la impidió participar de la vida familiar y acudir a actos sociales. En 1938, la familia se mudó a Londres cuando su padre fue nombrado embajador, y allí Rosemary pasó sus días más felices. Era asidua en las páginas de sociedad de los periódicos e incluso fue presentada al rey Jorge VI en el Palacio de Buckingham.
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la familia regresó a Estados Unidos. «Rosemary no estaba progresando, sino que parecía estar retrocediendo. A los 22, se estaba volviendo cada vez más irritable y difícil», escribió su hermana Eunice en aquella época. La familia decidió enviarla a un convento para atajar esa agresividad, según cuenta el escritor Marius Gabriel en un artículo de la revista BBC History. Por aquellos años, la lobotomía se estaba haciendo popular como una técnica quirúrgica que mejoraba ciertos desórdenes mentales y Joseph Kennedy autorizó la operación con la esperanza de que calmara los cambios bruscos de humor de su hija.
La lobotomía que la incapacitó de por vida
No era la única razón por la que Joseph tenía esperanzas en esta operación. El libro The Missing Kennedy, escrito por Elizabeth Koehler-Pentacoff, recoge que Rosemary a menudo se escapaba del convento y mantenía relaciones sexuales con hombres que acababa de conocer. El patriarca temía que eso perjudicara la carrera política de sus otros hijos.
Pero la lobotomía no funcionó y Rosemary quedó incapacitada de por vida. Con apenas 23 años, fue enviada a la St. Coletta’s School for Exceptional Children en Wisconsin, y allí vivió el resto de sus días, hasta que falleció a los 85 años. Su existencia fue ocultada, y apenas recibió visitas familiares. Solo al final de sus días, sus hermanos Robert, Eunice, Jean y Patricia acudieron a verla.
Sus años de adolescencia y primera juventud han sido reconstruidos con material de archivo para dar forma al guion de esta producción operística de la directora y diseñadora Netia Jones, que cuenta con la música de Brian Irvine. Y es que si sus hermanos destacaron por su brillante trayectoria política o su deslumbrante vida social, Rosemary también merece un hueco en la historia por su trágica vida.
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