Rocío Carrasco se ha sometido a su primera entrevista tras la emisión de su exitosa serie documental, ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’. Tras ser recibida en plató con una actuación de Blas Cantó interpretando ‘Como una ola’, Carlota Corredera le preguntó cómo se encontraba.“Bien, pero nerviosa. Estoy agradecida, esa sería la palabra. Orgullosa de la gente con la que he podido trabajar y de ti. Estoy orgullosa de las mujeres de mi país. Las valientes son ellas. Yo he tenido la oportunidad de alzar la voz públicamente, pero ellas no la tienen”, confesó la hija de ‘la más grande’. “Estoy más serena y satisfecha con el trabajo que he hecho conmigo misma. Un trabajo emocional muy fuerte, he tenido que recolocar mis pensamientos y mis vivencias. Estoy esperanzada de que después de haber hecho este esfuerzo tan grande la Justicia me acompañe y vaya conmigo de la mano. Espero que este esfuerzo sirva para algo”.
Durante el transcurso de la serie documental, la presentadora ha evitado pronunciar el nombre de su exmarido, Antonio David Flores. Sin embargo, en el último episodio rompía con esta dinámica y se atrevía a hacerlo, algo que asegura que no le viene bien. “Prefiero no verbalizarlo. Me provoca miedo, dolor… Muchas cosas malas como para nombrarlo”, señaló. “Todo este tiempo me ha servido para soltar lastre y hacer que mi mente deje de dar vuelta y autoflagelarse y tener miedo. Sé que esto no es una cosa que vaya a cambiar de la noche a la mañana, pero estoy en ello”.
Al ser preguntada por Corredera sobre si se siente más cerca de sus hijos, Rocío Carrasco no supo qué contestar, aunque dejó constancia de que a ella poder contar su testimonio le ha servido de mucho. “Me siento más en paz conmigo misma. Me siento liberada y creída. Siento que esto es el principio de una nueva vida sin miedos”, dijo al borde del llanto. “A mí me hubiese gustado dejarles otro legado que no fuera ese, pero creo que es necesario que lo supieran… Ahora que lo valoren y tomen las decisiones oportunas, pero que sean ellos, no otros. Ellos ya saben la verdad […] Si gracias a esto, ahora piensan algo diferente, aunque sea un poquito, pues eso que he ganado”.
Además, explicó por qué nunca les había contado su versión hasta la emisión del documental. “Nunca les conté lo que había pasado para que no sufrieran. No quería ser partícipe de ese sufrimiento, pese a que no podía evitar que se lo hicieran por la otra parte. Lo he hecho con la mejor intención del mundo, pero me equivoqué en esa sobreprotección. Tengo sentimientos encontrados. Nunca me hubiese perdonado haberles hecho daño con la verdad. Para mí era más importantes sus mentes que la realidad. Se habrían dado cuenta desde muy pequeños de la clase de padre que tienen, Yo no quería hacerles daño”, reflexionó.
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