Han pasado 30 años desde que se diera a conocer como uno de los rostros del entretenimiento infantil en nuestro país. Rita Irasema fue, durante años, un referente en ese terreno, presentando espacios como ‘La merienda’ ‘La guardería (ambos en Antena 3), ‘El circo de TVE’ (La 1) o ‘Superguay’ (Telecinco). En algunos de estos espacios, compartió protagonismo con su hermano Emilio Aragón.
Este último ha seguido en el circuito televisivo. Quizás más detrás de las cámaras, como productor ejecutivo, pero sin que hayamos dejado de tenerle presente en ningún momento. Ella, en cambio, en un momento determinado, desapareció del mapa. ¿Qué fue de ella?
Cuando ha sido preguntada, no lo ha ocultado. Está dedicada en cuerpo y alma a Dios y a su fe. Fue en 2003 cuando decidió dar este giro radical a su vida. Desde entonces, es fiel a ese camino por el que fue llamada. «Yo no abandono al Señor ni un solo momento del día. No le dejo solo porque a él le gusta mucho estar con nosotros», llegó a manifestar en una ocasión.
Desde que tenía unos 15 años, siempre fui muy infeliz»
Las veces que se ha dejado ver desde entonces han sido testimoniales. El motivo no es otro que cultivar la paz que necesita para sentirse plena. Algo que explicó en una entrevista con la revista ‘Misión’: «Sentía un vacío espiritual. A mí me iba muy bien en la vida. Pero desde que tenía unos 15 años, siempre fui muy infeliz por un vacío muy grande. Hasta que no pude más y la Virgen me respondió».
Trazando un nuevo rumbo
«Poco a poco, el Señor me fue dando algunos detalles y signos, personas que me hablaban de la alegría de ser cristianos. Más tarde, en 2004, fui a Medjugorje (lugar de peregrinaje en Bosnia y Herzegovina) y allí te das cuenta. Recibes la sabiduría necesaria para tomar conciencia de que hay algo muy grande», añadía a esa explicación sobre su conversión.
Rita sufrió la presión de dedicarse al mundo del espectáculo desde muy pequeña. Con tan solo cuatro años, y proveniente de una de las sagas circenses más célebres en España, comenzó a trabajar en los espectáculos del negocio familiar. Un pasado y una infancia demasiado movidos y que podrían ser el origen de que, hoy, solo quiera calma.
Por eso Irasema se ha centrado en Dios y la Virgen, como ella explciaba, pero también en su familia y en la escuela de música que tiene en el centro Nuestra Señora de la Fuente del Fresno, en la provincia de Madrid. Un espacio en el que enseñar todo lo que aprendió en los años que más pegada estuvo a la música y alejarse del ruido de la fama.
Tuve un desierto espiritual, sufrí muchísimo. Empecé a no sentir a Dios»
Hace siete años, en una entrevista con el periodista Gonzalo Altozano, señalaba: «Tuve un desierto espiritual, sufrí muchísimo. Empecé a no sentir a Dios, empecé a no sentir amor y sentí, a veces, hasta una violencia infinita. Pensé que aquello no tenía solución, no tenía fin. Pasaron muchos años, nadie se daba cuenta, yo no sabía lo que me estaba pasando. Hasta que llegó un momento, pasados siete años y como no había médico que me arreglara, entré a una iglesia y la Virgen me dijo: ‘Tú sigue, haz lo que te diga'».
Y hasta hoy. Así es su nueva vida, que demuestra que no todo es purpurina bajo los focos de la celebridad.
Fuente: Leer Artículo Completo