Durante años, descolgamos el teléfono deseando que estuviera ella al otro lado. “¡Hola, Raffaella!”, respondíamos por si acaso nos llamaba desde el plató del programa que tenía su nombre por enseña. Decir que es como de la familia es quedarse corto. Raffaella Carrà (Bolonia, 1943) nos pertenece. Vitalista, desinhibida, simpática arrabbiarsi, la show woman italiana también nos ayudó a definirnos, como en el juego “Si fuera…”. Desde su estreno en TVE, en 1975, mostró que la revolución sexual podía bailarse. Así hasta hoy, con Explota explota, la comedia que, como Mamma mia! hizo con Abba, toma sus grandes éxitos, de Rumore a Fiesta, para contar una historia de amor y música. “Todavía no he visto la película –cuenta a Mujerhoy desde Roma–. Pero estoy segura de que hicieron un gran trabajo. En estos tiempos, ojalá un filme divertido ayude a serenar los ánimos”.
Mujerhoy Incluso una persona tan positiva como usted, que asegura no haber “vivido nunca un día vacío”, ¿ha tenido que esforzarse para sobreponerse a estos meses de pandemia?
Raffaella Carrà He estado bastante incómoda, como muchos… Yo amo estar en casa, pero esta vez era una imposición y todo cambia. Necesitas tener la cabeza firme y pensar que todo terminará pronto… aunque sabes que no puede ser tan pronto. Hemos sufrido mucho con todo lo que pasó, especialmente en Lombardía, y ahora lo que está sucediendo en España. Forza! Seguimos adelante con cuidado, pero también con fuerza.
M.H. Hace 45 años, debutó en España en el programa ¡Señoras y señores! Entonces cantó Rumore enfundada en un mono ceñidísimo y aquello fue un flechazo instantáneo.
R. Carrà Realmente no encuentro una respuesta clara y definitiva. Creo que hubo una gran química, lo que hizo que los españoles se acordasen de mí cuando volví muchos años después. Os quiero de verdad, España es como si fuera mi casa, y lo llevo diciendo ya desde hace mucho tiempo. No sabéis cuánto sufro por no poder volar ahora hasta allí. Prefiero esperar, porque me gusta moverme y no soportaría estar encerrada en Madrid.
M.H. ¿Se recibía bien a una mujer tan moderna y liberada en un país que comenzaba a abrirse al mundo?
R. Carrà Siempre he vivido mi juventud con libertad y, desde la primera vez que pisé los Estudios Roma en 1975, nadie me censuró nada. El romance que surgió entre mi persona y los españoles se consolidó en enero, un día de Reyes de 1976, cuando grabé La hora de Raffaella. Fueron cuatro especiales que tuvieron una gran acogida en TVE. Luego, muchos compromisos en el mundo y en Italia me mantuvieron lejos durante casi 10 años… Sin embargo, a la vuelta, para mi gran sorpresa, me di cuenta de que muchos seguíais acordándoos de mí y con ¡Hola Raffaella! España y yo pasamos a ser oficialmente novios.
Os quiero de verdad, España es como si fuera mi casa. Lo llevo diciendo ya mucho tiempo. No sabéis cuánto sufro por no poder volar ahora hasta allí”.
M.H. Dijo hace años que merece una medalla de la RAE por su empeño en hablar buen castellano…
R. Carrà ¡Te has tomado en serio lo que digo siempre en broma! No hablo tan bien el español como me gustaría… Menos mal que sí lo entiendo muy bien.
M.H. Explota explota integra sus canciones, pero también su forma de ver la vida. ¿Siente que forma parte de la cultura popular española?
R. Carrà No hablaría tanto de una cuestión de nacionalidad como de carácter. Me siento feliz en España, en vuestro país siempre me he sentido libre. En Italia, en cambio, tuve varios problemas con la censura televisiva… La primera vez fue cuando no se dieron cuenta de que cantaba la sintonía de Canzonissima [el show de máxima audiencia es esos tiempos, con 28 millones de espectadores las noches de los sábados] con pantalones y un top pequeño que dejaba desnudo el ombligo. Fue un escándalo enorme para los directivos de la RAI, pero era demasiado tarde para cambiar todo. El año siguiente lancé un baile y un tema titulado Tuca Tuca y sufrí ataques de los periódicos del Vaticano, me sacaron de las listas de éxitos y no pude cantar ni bailar este tema nunca más. Hasta que, ante la insistencia del público, que pedía la canción continuamente, y la intervención de Alberto Sordi, monumental actor italiano que dijo: “Voy de invitado a Canzonissima solo si bailo el Tuca Tuca con Raffaella”, la RAI, un poco fastidiada, aceptó.
M.H. Empezó trabajando como actriz e incluso se mudó a Hollywood, donde la fichó el estudio 20th Century Fox y trabajó con Frank Sinatra. Sin embargo, era difícil encasillarla en una sola faceta. ¿Sabría decirnos ya qué es realmente, si cantante, presentadora, show woman o anfitriona?
R. Carrà Solo me siento un ser con mucha energía positiva, a quien le encanta compartir con los demás; alguien que quiere hacer llegar sobre todo a las mujeres confianza en ellas mismas, aceptando sus defectos y sus virtudes, dando amor a los seres queridos pero sin ser esclava de nadie, siempre con respeto. Sé que no siempre es sencillo, pero este es el objetivo.
M.H. Hace dos años, reunió sus estilismos icónicos en una exposición en los estudios CineCittá de Roma.
R. Carrà Soy mujer y me gusta divertirme con los trajes cuando estoy haciendo un show. Pero en la vida soy mucho más sencilla. He tenido pocos pero grandes diseñadores a lo largo de mi carrera y sé que mis trajes suponen una gran peculiaridad en mi imagen. He pasado por muchos estilos, menos en el pelo, donde los cambios han sido casi invisibles.
M.H. Explota explota es el estribillo de En el amor todo es empezar, una canción con un mensaje que se puede interpretar de varias maneras. ¿De qué trata, según usted?
R. Carrà Realmente, la letra de esta canción lo que dice es que si él es tímido, tomes tú la iniciativa porque en el amor todo es empezar… ¡El resto sale solo!
M.H. Su música celebra el sexo sin drama ni oscuridad, sin armarios ni complejos… ¿Así lo vive usted?
R. Carrà En las historias de amor, siempre me ha encantado la naturalidad de los sentimientos, las mariposas en el estómago, sin cálculos de ningún tipo.
M.H. Sigue conservando un físico espectacular. ¿Cuál es el secreto para mantenerse tan joven a los 77 años? ¿Es cuestión de actitud o de entrenamiento?
R. Carrà ¡Gracias por los piropos! Después de tantos años de sala de ensayo, bailando y preparándome… he dicho: “¡Basta!”. Ahora me gusta nadar y presto atención a la línea. Si hoy he comido bien, mañana será un poco menos, para equilibrar.
M.H. La protagonista de la película, Ingrid García-Jonsson, contaba que usted le dio algunas claves para hacer el golpe de cuello de sus míticas coreografías sin lesionarse.
R. Carrà Es difícil explicarlo… Yo aconsejaría dejar de lado este ejercicio para evitar el dolor al cuello si no estás bien entrenada. ¡No quiero que me manden al diablo por el dolor provocado por un mal movimiento! También se vive estupendamente sin los golpes de cuello, en serio.
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