Una de las pasiones más intensas de Isabel II es la que posee por los caballos. La serie The Crown retrata muy bien cómo el mundo ecuestre supone para ella el perfecto salvoconducto para alejar la mente de sus deberes reales, pero la reina también lo demuestra por sí misma. A mediados de marzo, la monarca se trasladó hasta el castillo de Windsor para reunirse con su marido, Felipe de Edimburgo, y así resguardarse de la covid-19 y sus peligros.
Durante todo este tiempo, Isabel II no ha salido de su fortaleza y ha realizado su trabajo como gran parte del resto del mundo: de forma telemática. Además, ha ofrecido varios discursos insólitos que han sido televisados desde el castillo, pero ni una sola aparición pública. Hasta el último fin de semana de mayo, cuando la casa real británica compartió una publicación de la reina a lomos de su poni de raza Fell llamado Fern.
La revista británica Horse & Hound ha conseguido una confesión de Isabel en la que se sincera sobre cuáles han sido los caballos que más ha querido, de cuya compañía también han disfrutado varios miembros de su familia. En la lista aparecen algunos muy cercanos a su corazón por diferentes motivos, como el último caballo en el que se subió, Sanction, antes de decidir que su edad ya solo le permitía montar en ponis ya que son más seguros debido a su altura y su mayor lentitud. “Lo de Sanction era casi telepático y tenía un vínculo muy fuerte con su majestad”, explica a la revista el jefe de sus mozos de cuadra, Terry Pendry.
Otro de sus favoritos se llama Burmese, un regalo de la Policía Montada Real de Canadá en 1969, con el que desfiló en el Trooping the Colour durante 18 años, hasta que en 1986 decidió empezar a vivir el desfile por su cumpleaños desde un carruaje. El caballo con el que su hija la princesa Ana ganó el campeonato European Eventing celebrado en Burghley en el 71, Doublet, también se cuela en la lista de los más queridos. “La reina ha criado tanto al caballo como a la jinete”, comenta Pendry de forma cómica. Además, entre sus ocho preferidos se cuelan algunos ponis, incluido uno de raza Fell, como la del último que montó el pasado mes de mayo.
Entre los caballos de carreras a los que más aprecia la reina destaca el que probablemente sea el más especial para ella. Se llama Aureole y fue el primer caballo que heredó de su padre, el rey Jorge VI, quien lo crio personalmente. “Aureole estuvo en Sandringham Stud durante toda su etapa como semental, donde engendró muchos caballos de primera clase”, explica su gerente de carreras John Warren. Además, Isabel también adora a otros cuatro caballos de carreras: Highclere, Doutelle, Phantom Gold y Estimate.
No hay duda de que además de disfrutar del mundo ecuestre, la reina de Inglaterra ha generado grandes vínculos con numerosos de caballos a lo largo de su vida. De la misma forma que lo ha hecho con sus preciados corgis, los perros favoritos de Isabel II.
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