Miguel Molina nació el 27 de noviembre de 1963 en Madrid. Pronto apostó por la interpretación. Es el sexto de los ocho hijos del mítico cantante Antonio Molina, y hermano de las actrices Ángela, Paula y Mónica Molina. Debutó en 1980 con Manuel Gutiérrez Aragón en la película Maravillas. En 1997, con Pedro Almodóvar en la Ley del Deseo, y en televisión, protagonizó en 1993 junto a Alfredo Landa, Beatriz Carvajal y Lydia Bosch la serie Lleno, por favor, con la que gana el Premio de la Unión de Actores. En 1995 interviene en ¿Quién da la vez? y en 2002 participa en Ana y los siete. Debutó en el Teatro Romano de Mérida con Hipólito, de Eurípides, junto a María Asquerino, y ha participado en El cerco de Numancia y La ratonera, junto a Jaime Blanch. Su último trabajo es como director de la película Un tiempo precioso, en la que incluye canciones de su padre.
Hoy Corazón Miguel, qué guapo es su perro, hace honor a su nombre
Miki Molina Sí. Por ese motivo le pusimos Wapo. Se lo pusieron dos de mis hijas; cuando llegó a casa, no paraban de decir lo guapo que era el perro y se quedó con ese nombre.
H.C. ¿Qué papel desempeña Wapo en su vida?
M.M. Tiene 16 años y es un pastor de las praderas polacas. Fue un regalo de cumpleaños; escuché a un deportista muy importante de este país decir, «si quieres un amigo, cómprate un perro» y fui a una casa de adopción, allí descubrí a mi gran amigo Wapo, que es en lo que se ha convertido, en mi mejor amigo.
H.C. Por la forma de comportarse con él no parece que sea su primer perro.
M.M. Me he criado entre perros, en el buen sentido de la palabra, en mi casa siempre ha habido perros, a mis padres les encantaban también; teníamos gatos, caballos, gallinas… nos hemos criado entre animales.
H.C. ¿Por alguna razón especial le gustan tanto los animales?
M.M. Por el cariño que te dan. A Wapo le puedo poner un adjetivo que engloba a todos, es perfecto. Otros le definen como: independiente, disciplinado y tranquilo. Además, te lee la mente.
H.C. Es una peculiaridad importante. ¿Qué tienen en común?
M.M. En común, tenemos el amor que sentimos el uno por el otro y el gran cariño que nos tenemos, nos comprendemos y compartimos la vida.
«En mi libro, le he dedicado un poema a mi perro, Wapo»
H.C. ¿Los animales humanizan a la gente?
M.M. Sí, los animales son más sinceros y fieles que muchas personas, tanto que es mucho lo que podemos aprender de ellos, entre otras cosas, que nos enseñan a ser más humanos.
H.C. Han pasado 39 años de su debut como actor, y este verano estrenó su ópera prima como director, ‘Un tiempo precioso’. ¿Ha cumplido un sueño?
M.M. Sí, con ‘Un tiempo precioso’ he cumplido un sueño que llevaba mucho tiempo rondándome por la cabeza y he tenido el gran placer de contar con la ayuda de un gran actor, mi perro Wapo.
H.C. ¿Por qué eligió un tema tan duro como el Alzheimer?
M.M. El tema del Alzheimer lo elegí por una experiencia personal que sucedió en mi vida en un momento determinado y me hizo pensar que tenía la obligación y, sobre todo, las ganas de contar en la película: la vida de una persona con esta enfermedad. Simplemente he querido mostrar que todos podemos padecerla y no darnos cuenta. Me ha gustado mucho la experiencia de adentrarme en un personaje que sufre a la vez que disfruta de los pocos recuerdos que le quedan y, conforme los va perdiendo, va ganando humanidad.
H.C. Las familias de estos enfermos, ¿deberían recibir más ayudas y atención?
M.M. A las familias de cualquier enfermo debemos darles nuestro apoyo e intentar ayudarles siempre.
H.C. Wapo, además, forma parte de otro de sus proyectos.
M.M. Estoy pendiente de la publicación de un libro de poesía y le he dedicado un poema a Wapo.
H.C. ¿Podría hacerme un adelanto?
M.M. Sí: «Espero sentado en el mismo lugar. Siempre a la misma hora. Te espero en el mismo lugar día tras día, a la misma hora. ¡Te espero! Te espero sentado, cansado, derrotado, abierta el alma; a la misma hora y en el mismo sitio. ¡Te espero! ¡Te espero! Mi tiempo ya no existe, solo es espera, y esa bendita maldita hora. Te espero amigo, en el mismo lugar. Te espero compañero».
H.C. Es muy emotivo, Miguel. Vive, como la mayoría de su familia en Ibiza. ¿Qué le aporta esta isla?
M.M. Ibiza me aporta mucha paz, tranquilidad y buenos recuerdos de mi infancia y, sobre todo, de los mejores momentos de mi vida y eso nunca se olvida.
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