Lucía Dominguín recuerda el secuestro de sus hijos: »Estuve a punto de quitarme la vida»

Lucía Dominguín se ha sentado en el plató de ‘Viernes Deluxe’ para recordar el secuestro de sus hijos por parte de su exmarido. Después de ocho años de relación, y tras el nacimiento de Olfo y Bimba, la hermana de Miguel Bosé decide romper en 1986 con Sandro tras las continuas infidelidades por parte de él. “Termina la relación porque me faltó el respeto públicamente. Me puso los cuernos y le dije que me iba. Yo no tenía cuenta corriente ni nada”, rememora Dominguín. “Cogí a mis hijos y un baúl y lo dejé todo. Me vine para España… no había vivido casi. Me quedé embarazada muy pronto. A mí no me gustaban los niños, pero cuando nació Bimba no dejaba de tocarla. Viví ocho años maravillosos con este señor guapísimo”.

La separación fue de mutuo acuerdo y mantenían una buena relación, lo que los llevó a decidir, sin un convenio regulador de por medio, que los niños pasarían las vacaciones de verano con su padre en México, lugar donde vivía. “Ellos estaban como en Disneylandia. No los reñía y se lo pasaban muy bien”, señala. Sin embargo, en uno de esos viajes, los pequeños no regresan el día acordado y Lucía recibe una llamada de la fuera su suegra. “Me dijo que estaban fenomenal, pero que no me preocupara porque no los iba a volver a ver. Fue muy fuerte. Me dijo que me olvidara de ellos”.

Llena de rabia, la hija de Lucía Bosé y Miguel Dominguín cogió el coche dispuesta a hacer una locura. “Se me cayó uno de los pilares de mi vida. Estuve a nada de quitarme la vida. De pronto, me dio un ataque de risa y me di cuenta de que tenía que luchar por ellos”. Después de hablar con su padre, comienza una frenética búsqueda de los pequeños que se alargó durante un año y medio: “A partir de ahí llegó la locura. Mi padre movió el cielo y la tierra para recuperarlos. Puso unos investigadores privados. Yo no sabía ni por dónde empezar. Empieza a hacer investigaciones. Localiza a gente en México y en Estados Unidos para saber dónde estaban”.

Mientras tanto, la Lucía Dominguín se fue a vivir al campo para hacer una catarsis y lograr quitarse la rabia acumulada. “Me pasé un año tocando el saxo”, confiesa. Durante ese tiempo, la miembro del clan Bosé no dejaba de darle vueltas al asunto. “Yo no entendía que la mujer que estaba con él pudiera estar haciendo eso con dos niños que no eran suyos. No podía entender lo que estaba pasando”.

Después de siete u ocho meses los localizamos y presentamos una denuncia para que no se pudieran mover de Estados Unidos. Una vez hecho esto, me fui para allí a casa de una amiga e investigué hasta que di con él. Yo me fui sola, me tiré seis meses allí”, rememora. “El día que vi a mis hijos temblé. Ellos se mostraron muy distantes, fríos. Llegó el padre con los dos niños y estuvimos en el hall de un hotel […] No recuerdo bien porque no quiero recordarlo”. Pese a todo, Lucía no le guarda rencor a su exmarido. “Cuando se casó Bimba, yo lo agasajé y me porté muy bien con él”.

Pese a haberse reencontrado con sus hijos, tardó mucho tiempo en poder volver a España con ellos. Durante ese tiempo, vivió un turbio episodio con la pareja de Sandro. Con motivo del cumpleaños de Olfo, se animó a llevarle un regalo. Cuando llegó a la casa de su exmarido, la pareja de su exmarido y sus hijos se estaban montando en el coche, y cuando Lucía Dominguín se acercó, aceleró, provocando que la entrevistada acabara enganchada al capó. “En un momento dado, esta mujer para en una gasolinera y llamó a Sandro. Yo me caí al suelo del dolor que tenía. Vino la policía, me esposó y me llevaron a comisaría. Decían que estaba loca y tuve que estar 15 días yendo a psicólogos para demostrar que no”, denuncia.


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