Una de las imágenes más esperadas a medida que se acerca la temporada de las fiestas navideñas es la de los christmas que preparan las casas reales. Este año, Felipey Letizia le han cedido todo el protagonismo a Leonory Sofía; los duques de Cambridge y sus hijos han mostrado su mejor sonrisa, de la misma forma que Carlos y Camilla, que nunca dejan de lado la diversión (ni el romanticismo). La familia real noruega, por su parte, tiene dos versiones de la felicitación navideña: una más formal y otra para los amigos.
La felicitación oficial ha sido publicada este lunes por la casa real. En ella, el rey Harald y la reina Sonia posan junto a la familia del príncipe heredero, Haakon de Noruega, en la capilla del castillo real de Oslo. Las imágenes fueron tomadas durante la celebración de la ceremonia que da por concluido el Adviento, en la que Ingrid Alexandra de Noruega dedicó unas palabras cariñosas y su hermano Sverre Magnus encendió las velas que corresponden en el cuarto domingo del periodo litúrgico.
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La princesa heredera, además de por su pequeño discurso, destacó por su vestuario. Con tan solo 16 años se enfundó en un vestido negro de aspecto satinado y con microplisados, que terminaba en el pecho con un panel de encaje y un discreto lazo. La princesa lo combinó con uno de los pocos tacones que ha llevado en público, por cierto, al más puro estilo Leonor: de corte clásico, en color neutro y de un alto más que moderado. La heredera noruega los combinó con unas medias tupidas y una melena suelta con flequillo largo, abierto y peinado.
Por su parte, Mette-Marit ha sido la otra gran protagonista de la imagen con un vestido rojo de estampado jacquard, corte midi y mangas abullonadas, con el que todas las miradas se dirigen hacia ella en la imagen. La reina Sonia ha llevado un conjunto muy favorecedor de camisa con péplum -confirmando lo apropiado que es a cualquier edad- y falda en tono verde menta, que ha combinado con llamativos accesorios aguamarina. Sus medias blancas son una de las tendencias de la temporada y el estilo de Sonia, atemporal.
De la estoicidad de la primera imagen, pasamos a la naturalidad de la segunda. Se trata de una fotografía inédita –filtrada en las redes el pasado 12 de diciembre– que el matrimonio formado por el príncipe heredero Haakon de Noruega y Mette-Marit, y sus hijos, se habían guardado para ellos. En ella, la princesa Noruega ocupa el centro de la imágen, cortándola por la mitad con su destacado atuendo: un vestido de Erdem amarillo de estampado floral con motivos verdes y rosas. A la izquierda, su marido y los hijos que ambos tienen en común: la princesa heredera Ingrid Alexandra y el príncipe Sverre Magnus.
Ingrid Alexandra luce un vestido de Maje que ya habíamos visto en la joven, en una ocasión mucho más informal a la de la imagen en 2018. Se trataba del 50º aniversario de casados del rey Harald de Noruega y la reina Sonia, que celebraron sus bodas de oro en la catedral de Oslo junto a sus familiares más cercanos. Entonces, la princesa llevaba el vestido combinado con unas resueltas zapatillas deportivas blancas, alejándola de toda incomodidad y acercando la juventud y las tendencias a la realeza.
A la derecha de Mette-Marit, dos miembros de la familia que no aparecen en la imagen oficial por no formar parte de la línea de sucesión al trono noruego. Es el caso de su hijo, Marius Borg, fruto de su relación con Morten Borg, que posa junto a su novia Juliane Snekkestad. Comparte protagonismo con Mette-Marit e Ingrid Alexandra. La relación entre Marius y Juliane comenzó en verano de 2017, pero no fue hasta 2018 cuando Marius compartió una imagen con la modelo en su cuenta de Instagram, declarando su amor. Desde entonces, Juliane se ha ido uniendo progresivamente a las diferentes celebraciones de la familia real noruega, aunque nunca había estado presente en una fotografía como esta. Lo que quiere decir que ya es una más de la familia, de puertas del palacio para dentro, eso sí.
Sí que lo estuvo en la confirmación de Ingrid Alexandra de Noruega en 2018, celebración en la que estuvieron presentes miembros de varias casas reales europeas y en la que no faltó el rey Felipe VI. Tampoco faltó al funeral de Ari Behn, doloroso revés durante las pasadas navidades de la familia real noruega; ni en la confirmación de Sverre Magnus, el pasado mes de septiembre. Un gran gesto que la familia acoja a Juliane para sus celebraciones incluso en plena pandemia, cuando las medidas de distanciamiento social obligan a reducir el número de invitados.
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