No, ni siquiera poniendo un océano de por medio, el príncipe Harry y Meghan Markle van a librarse del acoso mediático. Aunque esta semana se apuntaba a motivos familiares como los causantes finales de esa mudanza del matrimonio a Los Ángeles, dejando a un lado sus atribuciones reales, lo cierto es que la prensa ha jugado un papel importante en esa decisión de buscar una nueva vida.
Sin embargo, no han encontrado la tranquilidad plena que ansiaban. De hecho, su seguridad ha sido quebrantada en dos ocasiones desde que hicieran las maletas: la primera, con esa broma telefónica en la que cayó Harry y por la que tuvo que cambiar de número; la segunda, con el ‘hackeo’ de su nueva página web. Unos hechos que les han llevado a buscar una casa en una urbanización más segura.
Parece que lo necesitan. Y que urge. Porque, según publica el ‘The Daily Beast’, la pareja se ha dirigido a las autoridades pertinentes para informarles de que hay drones que sobrevuelan su jardín, amenazando su privacidad. Los duques de Sussex hablan de estos movimientos aéreos, algunos de ellos por debajo de los seis metros de altura, que habrían tenido lugar entre el 9 y el 25 de mayo.
Si bien es cierto que todo apunta a que se trata de una maniobra detrás de la cual se encuentran los ‘paparazzi’, Harry y Meghan no descartan la posibilidad de una amenaza terrorista después de la cantidad de advertencias que han recibido (sobre todo ella) desde que anunciaran su compromiso de boda.
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