Hace un año, la irrupción de Antonio David Flores en ‘GH VIP’ y la de su hija en el plató para defenderle, comenzaba a causarle quebraderos de cabeza a Rocío Carrasco. Esos ocho años de relación inexistente con su hija, se convertían en el centro de atención de los medios. Y la misma no ha cesado. Se ha arrastrado hasta nuestros días. Sobre todo, porque Rocío Flores se embarcaba en la aventura de ‘Supervivientes’ y suplicaba, una y otra vez, una oportunidad a su madre para intentar esa reconciliación que haría la delicias de todos.
Desde entonces, se han dado informaciones y argumentos a favor y en contra de ese posible encuentro. O sobre todos y cada uno de los movimientos de esta. Ahora, es Boris Izaguirre, compañero de Carrasco en ‘Lazos de Sangre’ (su última polémica), quien ha dado su visión sobre cómo podría darse ese cara a cara que, si bien no podría asegurar que entre ellas se tendiera un puente, sí serviría para poner las cartas de una y otra sobre la mesa. ¿Y si el programa de TVE se encargara de eso?
Era en el marco del FesTVal de Vitoria, donde acudía a recoger un premio, donde daba su visión sobre el asunto en una semana marcada por las polémicas palabras de María Teresa Campos en el ‘Hormigas Blancas’ dedicado a Rocío Jurado. Mirando a cámara, la veterana presentadora pronunciaba: «Algún día se hará justicia con tu hija Rocío Carrasco«. Algo que no sentó nada bien a Flores y su entorno.
Preguntado sobre este asunto, lo primero que manifestaba Izaguirre es que estaría encantado de que María Teresa se sentara en el plató de ‘Lazos de Sangre’ a alguno de los tres programas que les quedan por emitir: Paco de Lucía, Ágatha Ruiz de la Prada o Camilo Sesto. Una vez hecha esta petición al aire, entraba en materia.
Izaguirre hacía una medio parada antes de responder si le gustaría que Rocío Flores se sentara en ese mismo plató. «Bueno, si ella quiere venir… nadie le va a decir que no. Somos un programa muy abierto», sostenía con cierto tono de reticencia o, quizás, de duda sobre cómo contestar para no meterse en un charco demasiado profundo.
Así que añadía: «No sé muy bien a qué vendría, porque no hay todavía un ‘Lazos de Sangre sobre Rocío Carrasco, que yo creo que deberíamos hacerlo». Sí, salía de manera elegante antes de ser preguntado por la propia Carrasco, si la veía bien. Si todo estaba en orden en casa, con Fidel.
Además de asegurara que sí, que estaban un poco nerviosos porque llevaban la función del musical sobre su madre a Granada, añadía que le encanta «como colaboradora» y como persona. «Todo lo que dice es fantástico, además, acompañado de una repercusión que todos sabemos que, evidentemente, va a suceder. Creo que lo hace con una gran soltura y normalidad, que es lo que me encanta de ella», no desaprovechaba la oportunidad para lanzarle unos piropos.
Ante el miedo que el matrimonio pudiera tener por la posible cancelación de ese musical, por la cantidad de fechas que la pandemia se ha llevado por delante de las agendas, Boris no dudaba en hacer alusión a esa fortaleza que le dejó como legado la Jurado. Una rotundidad a la hora de hace frente a los problemas, que veremos si, ahora, le puede servir para ese hipotético reencuentro con condicionantes con su hija.
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