Lo que la ropa interior puede decir de tí (o de la reina Victoria): se subastan algunas de sus prendas más íntimas

Las monarcas del Reino Unido son todas personalidades muy carismáticas, además de ser las más longevas y poder presumir de reinados más duraderos que los de los hombres. El de Isabel II es el más largo, pero su bisabuela la reina Victoria no se queda corta. Es por eso que no extraña nada el hecho de que se subasten algunas de sus pertenencias personales más inesperadas y, como consecuencia, la expectación sea máxima.

Una de las características del físico de la reina Victoria que más destacaba era su reducida estatura, pero su cambio de peso durante los años también es remarcable. Cuando era joven su figura era fina y esbelta, pero con el paso del tiempo se fue engrosando, hasta llegar a los 127 centímetros de cintura que tienen los pololos que se subastan junto a otro montón de prendas de ropa. El propio fundador de la casa de subastas, Charles Hanson, lo explica: “Victoria era menuda cuando se convirtió en reina a los 18 años. Le gustaba su comida y su cintura se fue expandiendo a lo largo de las décadas, un hecho demostrado por el amplio tamaño de los pololos”.

Todo lo que se subasta perteneció al vestuario de la reina y entre los artículos podemos encontrarnos con unas medias, un corpiño, una camisa, una falda o dos pares de botines. Estos últimos son los más valiosos de todo el lote, puesto que fueron hechos a medida para ella (la talla que calzaba la reina Victoria era una 37) y a mano con las mejores pieles. Con todo, se espera recaudar unas 15 mil libras, una cifra que no peca de ambiciosa dado el historial de la casa de subastas Hansons (la encargada de subastar esta colección). Con el tiempo, las prendas han ido acumulando un gran valor y otras similares se han subastado en ocasiones anteriores por grandes cantidades de dinero. Algunos ejemplos son una camisa por 3.800 libras o un vestido de noche por 5.200 y unos pololos -como los que se subastan ahora-, se llegaron a vender en 2008 por 4.500 libras. Además, la expectación internacional que causaron esas prendas la reina VIctoria en aquel momento no fue pequeña y compradores procedentes de Brasil, Rusia, Hong Kong o Nueva York se interesaron y pujaron ferozmente por los artículos.

El propietario de Hansons afirma que se siente afortunado de poder revivir la historia y “mirar atrás a una de nuestras mejores monarcas. Victoria fue reina desde 1837 hasta 1901 (63 años) y tuvo un gran impacto en su país”. Desde la muerte de su marido en el año 1861 se dice que siempre vistió de negro y la falda y el cuerpo que subasta Hansons son de ese color.

El afortunado al que pertenencen estos valiosos objetos es Roderick Williams, un ingeniero de 63 años que posee las prendas de ropa como parte de una herencia familiar. El hombre explica detalladamente en la página web de la casa de subastas la procedencia del ‘tesoro’ familiar que posee: “la ropa de la reina Victoria y sus botas son herencias familiares que recibió mi tatarabuelo, Alexander Lamont Henderson. Alexander había trabajado como fotógrafo para la reina Victoria, hasta que ella murió en 1901 y creemos que probablemente recibió las ropas por parte de empleados de la casa real, quizás como muestra de agradecimiento por las fotografías que les había hecho también a ellos”.

El trabajo de Alexander fue especial y llamó la atención de la reina por su labor destacada en el uso del color. La intención de Alexander era la de imitar con la fotografía las miniaturas pintadas a mano propias de la joyería. Para ello, experimentó con el uso del color y los esmaltes, obteniendo resultados que a día de hoy todavía son aplaudidos. No fue hasta 1844 cuando Victoria reclamó al excepcional fotógrafo, que se fue a vivir al palacio para capturar el día a día de la familia real, además de realizar otros trabajos como plasmar esos retratos reales en joyas.

Desafortunadamente, gran parte de su trabajo se perdió durante la II Guerra Mundial, puesto que se encontraba expuesto en la galería de arte Guidhall de Londres, que fue destruida por un bombardero alemán en 1941. Lamont falleció en 1907 y trabajó casi hasta el final de sus días. Todas las pertenencias de la reina Victoria que recibió Alexander, y que han ido pasando de generación en generación en su familia, salen a subasta el 21 de enero en la casa de subastas Hansons.

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