Hace unas semanas, durante una de las conexiones en ‘Sálvame’, Mila Ximénez se derrumbaba. Reconocía que la situación de estar encerrada sola estaba superándola, pero, sobre todo, que la culpa de esos bajones la tenía un herpes zóster que le estaba provocando fuertes dolores. Este sábado, tras 59 días de aislamiento, la colaboradora se sentaba en el ‘Deluxe’.
Entre los compañeros que estaban a su lado se encontraba Antonio Rossi, que no es muy dado a hablar de su vida privada, pero que se abrió en un gesto de comprensión y generosidad con Mila, porque él también tuvo la misma dolencia y hoy, 14 años después, sigue luchando para paliar algunas de las secuelas que le dejó.
Porque Mila confesó que uno de sus mayores miedos, tras haber hablado con Rossi, era que se le paralizara la cara, que fue justo lo que le pasó a él. «Se me quedó la cara dormida. Duele muchísimo, no me podía ni quitar un jersey», confesaba Antonio, que padeció el herpes en 2006.
«Es una reminiscencia de la varicela y ahora tengo un ojo más cerrado que otro por el herpes. Me lo trato con un neurólogo. He estado bastante jorobado y se me quedó el ojo más cerrado, pero esto se trabaja y yo lo trabajo aún con un neurólogo especialista en asimetría facial«, explicaba Rossi, acaparando toda la atención de Jorge Javier Vázquez, sobre las secuelas a las que aún hoy se enfrenta.
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