Finalmente, Ana Duato e Imanol Arias tendrán que sentarse en el banquillo de los acusados por su presunta implicación en el Caso Nummaria, en el marco del que la Justicia parece tener indicios de que a pareja protagonista de ‘Cuéntame’ habría incurrido en fraude fiscal. Si pensaban que su pesadilla por su relación con esta investigación estaba finiquitada, el pasado 11 de junio recibían este golpe.
Sí, tal y como ayer mismo reveló ‘El Confidencial’, la Audiencia Nacional tomó la decisión hace más de un mes, a pesar de que no ha sido hasta ahora cuando la información ha salido a la luz pública, generándose un nuevo revuelo en torno a una de las parejas más emblemáticas de la pequeña pantalla española de las últimas décadas.
Acusados junto a otras 29 personas, relacionadas con la asesoría fiscal de Fernando Peña (principal acusado de esta trama), Hacienda sostiene que hubo fraude y por eso las autoridades han decretado la apertura de un juicio oral para el que aún se espera fecha. Una cita que congregará a la prensa para ver hacer el paseíllo a Duato y Arias, que como clientes del despacho de Peña, se habrían beneficiado a nivel fiscal.
Para ambos ha habido petición de cárcel. En el caso de Ana, 31 años (al margen de una multa que asciende a los 10 millones de euros para paliar el golpe de ese presunto fraude en el que habría incurrido). Para Imanol, la petición de prisión es de 27 años, siendo la cuantía de la multa idéntica a la de su compañera. Todo ello a pesar de que, cuando saltó escándalo hace casi cinco años, ambos realizaron una declaración complementaria al Fisco que no se ha visto como suficiente.
Mientras guardan silencio y tratan de pasar lo más desapercibidos posible, hace un par de meses la sobrina de Ana era la que se encargaba de poner la nota discordante en la tranquilidad de la actriz, sosteniendo que tiene una doble cara y que es una mujer que se mueve por meros intereses (aquí, su intervención completa). Unas declaraciones en ‘Socialité’ que no sirvieron para que esta saliera de su aislamiento a dar réplica, pero que sí hacen prever que, a medida que el juicio se acerque (o se enrede) pueden salir tramas paralelas relacionadas con esa vida privada que siempre ha llevado de manera discreta.
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