No está siendo una recta final de año sencilla para la reina Isabel II. Por si tuviera poco con el escándalo del Caso Epstein en el que se ha visto envuelto su hijo el príncipe Andrés, este fin de semana ha visto cómo su marido, Felipe de Edimburgo, ha tenido que ser hospitalizado. Un hecho que ha provocado que llegase sola a Sandringham.
Allí pasará no solo las Navidades, sino hasta el próximo 6 de febrero. Una costumbre a la que se prevé que se sume en los próximos días su esposo que, si no hay complicaciones mayores, se espera que esté con ella la próxima Nochebuena. Como parte de la familia real, que cumplirá con la tradición navideña de esa cena en la que echarán de menos a alguien…
Concretamente a los duques de Sussex que, por si no hubieran tenido suficiente con toda la polémica que han vivido en 2019, han tomado la decisión de pasar las Navidades en Los Ángeles con la madre de Meghan Markle. Algo que, tal y como ha revelado la prensa británica, no ha hecho ni pizca de gracia a la reina de Inglaterra.
Quizás esa soledad de la que ha podido gozar en su llegada al retiro invernal en Sandringham, le haya servido para reflexionar sobre todos esos frentes que tiene abiertos. A sus 93 años, no le están poniendo fáciles las cosas en esta recta final de su reinado. Algunos, incluso, han comenzado a hablar de una posible abdicación.
Y, de ser así, comenzaría el baile de nombres para ver quién ocupa el trono…
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