No todo iban a ser malas noticias para la familia real inglesa. Si la monarquía más famosa del mundo empezó el año haciendo frente a las memorias del príncipe Harry y el aluvión de capítulos íntimos de su familia que revela con todos los detalles, ahora ha sido la princesa Eugenia la encargada de alegrarles el mes de enero con la noticia de su segundo embarazo, que la convertirá en mamá de nuevo el próximo verano. Y su primer look premamá no se ha hecho esperar.
La royal salió a cenar con la princesa Beatriz, su marido, Edo Mapelli, y Sarah Ferguson a Chiltern Firehouse, uno de los restaurantes más lujosos y exclusivos de Londres, situado en una antigua estación de bomberos reconvertida. Una cita familiar para la que Eugenia escogió un vestido de la firma Whistles que ya ha lucido en anteriores ocasiones. Se trata de un diseño por encima de la rodilla con flores en tonos ocres sobre fondo negro.
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Este vestido es perfecto para las primeras curvas premamá, pues cuenta con una cinturilla elástica de nido de abeja que se adapta a la nueva silueta. El diseño, de cuello Perkins y mangas transparentes de plumeti, destaca también por el volante que remata la falda. La princesa completó el look con el abrigo más clásico y a la vez el que más juego da en el armario: el de color camel.
Eugenia apostó por un diseño que siempre es una inversión a tener en cuenta: un abrigo de Max Mara largo, cruzado, con cinturón y doble botonadura, que en esta ocasión lució abierto. La royal añadió a su estilismo unas botas altas de tacón de Aquazzura y uno de los bolsos más icónicos de su vestidor, el modelo Capucines de Louis Vuitton en color negro.
Con este estilismo, la princesa Eugenia confirma que, al igual que hizo en su primer embarazo, intentará sacar el máximo partido a las prendas oversize de su armario y a aquellos vestidos que, como este, se adapten a su nueva figura.
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