2020 pasará a la historia por ser el año que la pandemia del coronavirus lo inundó todo. Arrasó nuestras vidas y nos condicionó, sobre todo, en la manera en la que nos relacionamos con el otro. Pero, para muchos, será ese año en el que el drama tiñó de tinieblas su existencia. Recordamos 10 noticias, con el tinte más oscuro, que han marcado estos 366 días en los que hemos tenido que escribir historias de las que encogen el alma.
«Se apagó mi vida»
Esa era la frase con la que, apenas dos días después de que la vida segara la de alguien esencial para ella, Ana Obregón rompía su silencio. La actriz acababa de despedirse de su hijo, Álex Lequio. Esta rota. Desorientada. Sin ganas de seguir adelante. Las imágenes de ella agarrada del padre del joven, Alessandro Lequio, se nos quedaron grabadas en la retina para siempre.
También las de Ana dada de la mano de la novia de su hijo en ese funeral, una vez las restricciones por el coronavirus se fueron felxibilizando. El desgarro era total. También en Alessandro, que ha decidido no hablar de este suceso desde el púlpito que tiene en el plató de ‘El programa de Ana Rosa’. «Solo Ana y yo sabemos el dolor por el que hemos pasado», eran las únicas palabras pronunciadas en ese escenario. Lo hacía más de medio año después de la pérdida, tras la exclusiva de la actriz en la revista ‘Hola’.
Porque Obregón tiene algo muy claro: en medio de todo ese sufrimiento, de la soledad que llevó a que por su cabeza se pasara la idea de no querer seguir en este mundo, la luz de su hijo se hizo presente. Ya tiene en marcha la fundación para rendirle tributo, y todo lo que recaude gracias a su imagen (Campanadas de este 31 de diciembre incluidas) irá destinado a investigar para frenar el cáncer, la enfermedad que apagó su vida para siempre.
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La muerte llamó a su puerta dos veces
Uno de los primeros rostros conocidos en fallecer como consecuencia del coronavirus fue el marqués de Griñón. Carlos Falcó nos dejaba el 20 de marzo, poniendo en manos de su hija Tamara ese título nobiliario por el que se le conocía. Pero, para otra de sus hijas, este tan solo era el principio de un 2020 que venía con ganas de darle tortazos de los que destrozan el alma.
Poco menos de medio año después de enterrar a su padre, Xandra Falcó hacía lo mismo con su marido. Una muerte súbita. Jaime Carvajal Hoyos sufría un infarto, de manera repentina, a principios de septiembre, y se iba con tan solo 56 años. Xandra enviudaba y hacía frente al momento más complicado que se le recuerde. Y ese que su vida no ha estado exenta de vericuetos y de pasajes de esos que a una no le gustaría escribir en su biografía.
Lección de vida desde el dolor
También dos seres queridos ha perdido Paz Padilla. Dos pilares que la sostenían. Dos personas de esas que producen desgarro cuando te ves obligada a decirles adiós. En febrero, era doña Lola, su madre, quien nos dejaba. Una mujer que había dado mucho juego con sus llamadas en directo a ‘Sálvame’. A los 92 años, daba el último suspiro y destrozba a la humorista, que ya por entonces sabía que tenía por delante otra dura batalla.
En medio de la crueldad de la pandemia, ni asomó por el plató del programa que presenta. Y muchos no entendieron por qué había tomado esa drástica decisión (si se hizo con otros compañeros, como Belén Esteban, refugiados en sus casas al ser población de riesgo). A principios de julio, se desvelaba el misterio. Su marido, Antonio Juan Vidal, fallecía tras unos meses durísimos de batalla contra un tumor cerebral contra el que no se podía hacer nada desde el punto de vista médico.
Pasadas las semanas de luto pertinentes, arropada por su hija y su yerno, Padilla se sentaba en el plató del ‘Deluxe’ y daba una lección de fortaleza y de cómo afrontar la marcha de su media naranja como nunca antes se había visto. La alegría, que siempre ha sido su bandera, hacía acto de presencia para mostrar una visión optimista en medio de ese canto al amor que provocó que no se separara de él ni un minuto en esa carrera sin freno hacia la muerte del hombre de su vida.
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Eso que tú nos diste
Aunque para fallecimiento de los que nos helaron la sangre, el de Pau Donés. Y eso que su tema ‘Eso que tú me das’, publicado apenas un par de semanas antes de que nos dejara, era el preludio de una muerte anunciada. El cantante aparecía muy desmejorado en un videoclip que, aún sin saberlo (nada más que él y su círculo más íntimo), suponía la despedida de una de las figuras más influyentes del pop de las últimas décadas en nuestro país.
Donés dejaba un reguero de lágrimas en las redes sociales, pero en medio del drama de la muerte, de perder a un símbolo de lucha contra el cáncer (cinco años estuvo detrás de la enfermedad, tratando de darle esquinazo, apartándose de la música para disfrutar de su hija) dejó la muestra evidente de lo que fue para el público: las redes sociales se llenaron de sus letras, de sus recuerdos, de su espíritu combativo y lleno de alegría…
El último vuelo
Aunque para muerte trágica, la de Kobe Bryant. Pocos se creían los primeros titulares aparecidos el 26 de enero. Fue la web TMZ quien lo adelantó. El jugador de baloncesto había perdido la vida en un accidente de helicóptero. No solo él: su hija Gianna, de tan solo 13 años (y otras siete personas) iban en ese vuelo que terminó en catástrofe.
El jugador de la NBA se convirtió en leyenda para siempre, y dejó en el mundo una viuda y tres huérfanas. ¿Alguien pone en duda que este es uno de los mayores dramas de este año que está a punto de expirar? Desde luego que no. Por la espectacularidad del accidente, pero también por la cantidad de vidas segadas y por todo lo que aún le quedaba por vivir a Kobe con sus hijas, la menor de ellas, de apenas unos meses.
Adiós al pilar de su vida
Aunque quizás haya llenado menos espacio en los medios en los últimos 12 meses, para María del Monte también deja un regusto cruel el 2020. No lo reveló hasta noviembre, pero sucedió en abril. Ella misma se lo contaba a Bertín Osborne en ‘Mi casa es la tuya’, conteniendo la rabia por lo duro del desenlace.
«Él ingresó el día 20 de abril porque tenía un problema de páncreas, no porque estuviera enfermo del virus. Pero, por el protocolo del coronavirus, no pudimos verle, estaba todo muy hermético y slo le vio un sobrino mío que le tuvo que llevar unas cosas. El 20 de abril nos llamaron y nos dijeron que había muerto«, explicaba sobre la pérdida de su hermano, uno de los pilares más importantes de su vida con quien no ha podido celebrar estas Navidades.
Al borde de la muerte… y solo
También ha tenido menos repercusión mediática que otros casos el de Paco Porras, pero no por ello es menos dramático. Quien fuera uno de los símbolos de nuestra televisión en los 90, sufría un infarto el pasado mes de julio. Aseguran que ese fallo cardíaco se debió a que se acababa de enterar del fallecimiento de su sobrina. Y el, casi no lo cuenta.
Porque quien para muchos está considerado como una figura ‘friky’ de la pequeña pantalla, vive en la más absoluta de las soledades. Su familia no quiere saber nada de él y fue Toni Genil, compañero de andanzas ante las cámaras en el pasado, quien se encargó de él y quien contó el drama por el que atraviesa uno de los juguetes rotos de nuestra televisión.
La carta más dura de escribir
«Mientras abrazaba a mi primer hijo, sabía que estaba perdiendo al segundo«. Y mientras el mundo criticaba su nueve vida en Estados Unidos, Meghan Markle estaba sufriendo un aborto. Lo contó en una desgarradora carta publicada en ‘The New York Times’ a finales de noviembre (puedes leerla completa, aquí). Unas palabras que nos helaron el corazón y que dieron una visión muy diferente a la que se había dibujado durante los meses atrás de la duquesa de Sussex.
«Me dejé caer al suelo con Archie en mis brazos, tarareando una canción de cuna para mantenernos a ambos tranquilos… La alegre melodía de la canción contrastaba con mi sensación de que algo no estaba bien», describía de manera muy precisa una Meghan que deja atrás el año que rompió con la prensa británica, que ejecutó su separación de la corona inglesa y que supo lo que es perder a un hijo antes de conocerlo.
Caída en desgracia
Lo problemas y las polémicas de las Azúcar Moreno comenzaron en el mismo momento que pusieron un pie en la isla de ‘Supervivientes’, pero para una de ellas este año tenía guardado un regalo envenenado. Nos referimos a Toñi Salazar y a esa guerra que mantiene con su primer marido, que denunció a la cantante por un presunto robo en la casa que compartieron, coacciones y amenazas.
A ella no le quedó más remedio que salir a dar la cara y defenderse de las durísimas acusaciones. «Tú eres un hijo… de tu madre. Esa casa la he pagado yo con mi trabajo y lo voy a demostrar aunque sea lo último que haga en mi vida. No te vas a ir de rositas. Puedes sacar cosas mías pero yo también de ti. Tengo miedo, son muchos años callada y no puedo hablar más pero si se me va la olla me importa una mierda que me demande… pero yo digo quién eres tú», decía en ‘Viva la vida’, sin escatimar el calificativos de desprecio hacia quien, un día, fue el hombre de su vida.
La canción más triste de los Pantoja
Ni la muerte de Paquiri ni la entrada en prisión para cumplir condena por el Caso Malaya. Para Isabel Pantoja, el gran drama es la guerra que está librando con su ‘pequeño del alma’. Con reproches públicos de un Kiko Rivera que no piensa parar hasta que se haga justicia con la herencia de su madre.
El ‘DJ’ ha puesto a los pies de lo caballos a una mujer que, hasta el pasado 2 de agosto (cuando vio esas pertenencias de su padre que su madre siempre había negado tener) tenía idealizada. Así que, si hay un culebrón en la prensa patria del corazón nos deje este 2020 con un cartel de ‘continuará en 2021’ bien grande, es el que sigue escribiendo capítulos dentro de esos muros de Cantora donde la Pantoja se encuentra hundida.
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