No se suele pronunciar, pero la Infanta Elena no ha tenido inconveniente en atender a una reportera de la revista ‘Semana’ que estaba en la puerta de su casa y expresarle sus inquietudes por la pandemia. Unos miedos que son, básicamente, los mismos que tiene cualquier persona en estos momentos: que a sus seres queridos les pudiera pasar algo y no tener la posibilidad de estar a su lado.
En su caso, la preocupación principal recae sobre sus hijos, Froilán y Victoria Federica. La hija mayor de los Reyes Eméritos, está confinada sola en su piso, en Madrid, y sus salidas se limitan a las estrictamente necesarias para pasear a su perro. Una de las pocas tareas que, recordemos, siguen estando permitidas dentro de las restricciones del estado de alerta.
También se la puede ver, cada día, a las ocho de la tarde salir a aplaudir el trabajo de los sanitarios que están haciendo un trabajo titánico por frenar la enfermedad. De hecho, doña Elena aprovechaba esa pequeña conversación con la mencionada revista para mandar un mensaje de aliento a los profesionales del sector médico.
A pesar de que podría haberse trasladado a Zarzuela, donde contaría con un espacio mayor para pasar el aislamiento, la Infanta optó por la opción responsable de mantenerse en su propia casa, donde se puede ver en una de sus ventanas un dibujo con un arco iris y ese lema que campea en muchas fachadas de la geografía española: «Todo irá bien».
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