El pasado 1 de mayo, José María Michavila y Alejandra Salinas se dieron el ‘sí, quiero’ en una ceremonia religiosa que tuvo lugar en Candeleda (Ávila), localidad situada en el valle del Tiétar. El lugar escogido para la celebración posterior fue la finca que el exministro popular posee allí, ante la atenta mirada de un reducido grupo de familiares y allegados. Entre ellos, no podían faltar los cinco hijos que el político tuvo con su primera esposa, Irene Vázquez, fallecida en 2013 al sufrir un aneurisma durante el parto de su quinto hijo.
El romance entre los contrayentes se inició en el otoño de 2017, manteniendo desde entonces una relación muy discreta y ajena a la opinión pública. Tras tres años de relación, la pareja ha decidido dar un paso más allá y pasar por el altar, algo que ha pillado por sorpresa a muchos, ya que Michavila, de 61 años, y Salinas, de 45, habían fijado la fecha de la boda para el próximo verano.
Al enlace también acudieron los dos hijos que Alejandra tiene de su primer matrimonio con el marqués de Saavedra, Diego de Mora-Figueroa Iturbe. La pareja de Michavila proviene de una familia aristocrática, siendo sobrina de los periodistas Lorenzo y Mercedes Milá, y en su juventud ejerció como modelo para grandes marcas, como Balmain o Ungaro. Por su parte, tras enviudar, el conocido abogado protagonizó un sonado romance con la exmujer de Cayetano Martínez de Irujo, Genoveva Casanova. Esta relación se rompió de manera amistosa en el verano de 2016.
De boda en boda
Hace menos de dos años, Irene Michavila, hija mayor del ex ministro de Justicia, se casaba en el mismo lugar que su padre con Ramón Lladó. Al enlace, a diferencia que al de su padre, que no ha podido celebrarse por todo lo alto ante las restricciones del Covid, acudieron 500 invitados. Entre ellos, algunos tan famosos como la baronesa Thyssen, José María Aznar o Pitingo.
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