Hace menos de dos semanas, se estrenaba la cuarta temporada de ‘La casa de papel’ (el peinado viral de Nairobi en su escena clave). La serie, que resurgió de sus cenizas por obra y gracia del espíritu de Netflix, volvió a generar el interés y la expectación que le ha otorgado la plataforma digital. Y los actores que dan vida a sus personajes, han experimentado cómo su fama ha crecido como si les hubiesen echado levadura por encima (ahora que está tan de moda hacer bizcochos y pan en casa, lo vamos a entender todos de maravilla).
Entre ellos, Jaime Lorente (que también forma parte del elenco de otro de los éxitos de Netflix: ‘Élite’). El actor que da vida a Denver en la ficción, acaba de percatarse de la parte menos amable de la popularidad. Ese interés que se despierta en la gente por saber todo cuanto hace y que puede desembocar en que haya quien intente sacarse unos euros a su costa, mientras descansa tranquilamente en su casa. Máxime en los tiempos que corren, que pasamos todo el día encerrados.
Lorente ha estallado y ha denunciado, en sus ‘stories’ de Instagram, que tiene una vecina que le espía, le fotografía y luego ofrece el material a las revistas, conocedora del interés que despiertan ahora mismo todos los que forman parte de la serie. Y no se ha cortado ni un pelo, como sacando el carácter que le conocemos a su personaje.
Sobre una imagen de la ventana de su ‘verdugo’ escribe: «Esta es la caridad que nace en los momentos difíciles. Aquí vive una vecina generosa que se dedica a hacerme fotos en mi casa y enviarlas a las revistas del corazón. Yo empiezo hoy mi reportaje. 21 días con una hija de puta».
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