Un cantante internacional, un marqués, un ministro y un Nobel. Han sido los cuatro hombres de La Reina de Corazones. Hablar de Isabel Preysler es hablar de elegancia, discreción y educación, pero los que la conocen bien la describen sobre todo como una gran madre. ¿Pero quién es esta mujer que ha conquistado España?
Tenemos que remontarnos al 18 de febrero de 1951, cuandoIsabel Preysler Arrastia nace en Filipinas. Por sus venas corre sangre de la nobleza indígena, concretamente de los Kapampangan, y está emparentada con la nobleza europea. Recibió una educación conservadora, pero cuando cumple 17 años, sus padres, Carlos y Betty, deciden que estudie en Madrid, donde se queda en la casa de su tía materna. Tessy, y el embajador, Miguel Pérez Rubio. Va a un colegio religioso de señoritas y estudia Secretariado, como hacían las niñas bien de la época.
Aunque tardó en adaptarse, pronto hizo amistad con Carmen Martínez Bordiú, ya que sus tíos y los marqueses de Villaverde eran amigos. Empieza a ir a fiestas de la alta sociedad madrileña, que no estaba acostumbrada a una belleza tan exótica. Tras algún que otro flirteo, conoce a Julio Iglesias en una fiesta organizada por Julio Ayesa.
Boda obligada
Ese joven cantante, que había probado suerte en el fútbol, aún no conocía el éxito. Sólo había ganado el Festival de Benidorm. Entraba la década de los setenta cuando Julio se enamora locamente de la filipina.
Dicen que a ella le costó enamorarse de él, pero al final la encandiló. Isabel tenía 19 años cuando se queda embarazada y es el doctor Iglesias Puga, padre del cantante, quien les obliga a casarse. ¡No se podía saber que se casaba de penalti! El 29 de enero de 1971, en Illescas (Toledo), se dan el “sí” ante 1.500 invitados.
“Nunca he visto a una novia llorar tanto”, recuerda Jaime Peñafiel, testigo de aquella boda. La razón era porque estaba embarazada. Tras ir de luna de miel a Maspalomas (Gran Canarias), Isabel empieza a acompañar a su marido a los conciertos por España y América. Su carrera empezaba a despegar.
Como nadie tenía que saber que estaba en estado, la pareja decide que la niña sea prematura a los ojos del mundo. Por eso, da a luz a Chábeli en Portugal, el 3 de septiembre de 1971. Julio llega tarde al parto. “Julio aparecía, se fotografiaba, la dejaba embarazada y se marchaba”, cuenta Peñafiel.
En 1973 nació Julio José y dos años más tarde Enrique Miguel. Pero el matrimonio se iba diluyendo.
Aunque Isabel fue una esposa de manual, el 22 de julio de 1978 decide poner punto y final a su primer matrimonio.
Llegan a sus oídos las supuestas infidelidades de Julio. Y a pesar de que Isabel renunció a recibir cualquier dinero del cantante, a excepción de la casa y la pensión de sus hijos, los dos empiezan una batalla mediática para saber quién acapara más portadas de las revistas.
Décadas más tarde ella reconocería: “Julio y yo somos muy buenos amigos. Nos contamos todo. Es el padre de mis hijos y he vivido con él ocho años”.
El marqués, “un señor”
Isabel no se encerró en su casa tras el divorcio de Julio y en su vida apareció Carlos Falcó, el Marqués de Griñón. Los dos venían de relaciones rotas. Él aportaba a la relación dos hijos, Manuel y Sandra, fruto de su matrimonio de siete años con Jeaninne Girod.
El 23 de marzo de 1980 se casan y se van a vivir al campo, en una finca de Toledo, donde él ejerce su profesión de ingeniero agrónomo.
Nuestra revista se hizo eco de su boda y protagonizaron una de nuestras portadas más famosas.
Aunque a ella no le gusta mucho el campo, accede por estar con el hombre al que ha definido como “un señor”.
Los que vivieron de cerca el matrimonio de Isabel con Carlos, dicen que el marqués estaba locamente enamorado de ella. Isabel siempre le ha definido como “un señor de los pies a la cabeza”.
El 20 de noviembre de 1981 nació Tamara, pero sólo tres años después sus padres se separan.
El final con Carlos Falcó
Aquel matrimonio también tenía fecha de caducidad. “Una separación siempre es algo triste. A mí, la de mis padres, me ha marcado”, dice Tamara.
Antes de su separación con Falcó, Isabel sufre uno de los golpes más duros de su vida. Es ella quien en las navidades de 1981 tiene que darle la noticia a su ex marido, Julio: el 29 de diciembre el doctor Iglesias Puga fue secuestrado cuando se dirigía a su consulta de la calle O’Donnell. Los secuestradores se hicieron pasar por periodistas.
“No ponga usted resistencia y le irá mejor. Esto es un secuestro”, le dijeron sus captores. Lo retuvieron en una casa del pueblo de Trasmoz (Zaragoza). Un pueblo de no más de 200 habitantes, con un solo teléfono y un policía. En sus 20 días de cautiverio estuvo en un cuarto de 9 metros cuadrados, con tres sillas, una cama y un cubo que hacía de urinario. “Me sentí peor que en la Guerra Civil, cuando me tuvieron preso”, relató el ginecólogo. ETA pidió por él 2.000 millones de pesetas, que no consiguieron, ya que el 17 de enero de 1982, el Grupo Especial de Operaciones liberó al médico.
Aquel hecho hizo que Isabel y Julio decidieran que sus hijos se mudasen a vivir junto al cantante a Miami.
Carlos rehizo su vida
Tras romper con Isabel, Carlos rehizo su vida en dos ocasiones. Primero con Fátima de la Cierva, con quien tuvo a Duarte y Aldara. Luego con Esther Doña.
Y antes de estar con Isabel, estuvo casado con Jeaninne Girod, con quien tuvo a Manuel y Sandra. En la foto, los cinco hijos del marqués. Tamara era su ojito derecho.
Dos mundos diferentes
Corría el año 1985, el PSOE llevaba en el poder un par de años. Un respetado economista, Miguel Boyer, era Ministro de Economía. Estaba casado con Elena Arnedo, con la que tiene dos hijos, Laura y Miguel, pero enloquece cuando se cruza en su camino Isabel.
Según cuentan los cronistas de la época, el 14 de febrero de 1985 Carlos Falcó llegó a casa y vio un ramo de flores. Le preguntó a la doncella quién lo había enviado, ésta respondió: “Es del señor Boyer”.
Cuando sale la noticia del romance, Boyer se ve obligado a dimitir. “Me fui a vivir con él cuando dejó el Gobierno, porque me lo pidió. Era tirarme a la piscina porque éramos dos personas de dos mundos distintos.
Y aunque siempre he intentado usar la cabeza, siempre ha podido el corazón”, relataba Isabel. El 2 de enero de 1988 se casan en los juzgados de Pradillo de Madrid, a las ocho de la mañana.
La boda fue tan secreta que sus respectivos hijos se enteraron después.Al año siguiente, el 18 de abril de 1989, nació su hija Ana. Con Miguel, Isabel logró estabilidad.
Marca preysler
Mientras que Miguel ocupaba sillones en consejos de administración de diferentes empresas, Isabel ha sabido sacar partido a su imagen.Era requerida por firmas como Porcelanosa, Ferrero o la joyería Suarez a las que lleva treinta años prestando su imagen.
La marca Preysler es garantía de éxito. Ella misma cierra sus contratos. Nunca ha tenido representante.
Todo iba bien hasta que en 2012 el economista sufre un ictus.
Es cuando Isabel se vuelca al cien por cien en su marido. Llega a convertir su casa en un hospital para que a Miguel no le falte ningún cuidado.
El adiós a Miguel
Fueron dos años muy duros hasta que el 29 de septiembre de 2014, Miguel Boyer fallece a causa de una embolia pulmonar.
Isabel estuvo arropada por sus hijas para despedir a “tío Miguel”, como le llamaba Tamara. Nunca se quiso meter en la guerra por su herencia, aunque apoyó a su hija, Ana.
Entra en su vida el Nobel
Isabel estaba hundida por la muerte de Miguel. Pero el destino hizo que en su vida se volviera a cruzar el escritor peruano, Mario Vargas Llosa. Ya se conocían de sus veranos en Marbella, donde Isabel veraneaba con Miguel, y el novelista con su segunda mujer, Patricia, su prima (antes estuvo casado con su tía Julia Uriquidi).
No había empezado el verano de 2015 cuando Isabel nos sorprende con su historia de amor con el Nobel.
Pronto Vargas Llosa se instala en su casa de Puerta de Hierro, donde el escritor ha congeniado especialmente bien con Tamara.
“Una gran madre“ es como definen a Isabel sus amigos. El éxito está marcado en cada uno de sus cinco hijos. ¿Quién será la digna sucesora de Preysler?
Su hija mayor, Chábeli, vive retirada de los focos en Estados Unidos desde 2001 junto a su segundo marido, Christian Altaba, con quién tiene dos hijos, Alejandro y Sofía.
Aunque coqueteó con la fama y se llegó a casar con el arquitecto Ricardo Bofil, el 11 de septiembre de 1993, su matrimonio duró tres años.
Julio José trabajó como modelo y en 1999 quiso seguir los pasos de su padre en la música.
Es el que más se parece físicamente a su madre y todavía no le ha dado ningún nieto. Está casado con la modelo Charisse Verhaert desde noviembre de 2012.
Sin duda, el que más éxito ha tenido es Enrique, que en 1995 decide lanzarse al mundo de la música con ‘Es una experiencia religiosa’. Se dice que su padre no le apoyó y nunca le ha perdonado que venda tantos discos.
Es padre de los mellizos Nicholas y Lucy, y de Mary, fruto de su relación con la tenista Anna Kournikova, con la que lleva compartiendo su vida desde 2002.
Ana Boyer Estudió en ICADE y dejó su trabajo en un despacho de abogados, al casarse con el tenista Fernando Verdasco, con el que tiene un hijo, Miguel.
Por su parte, Tamara Falcó ha heredado el título de marquesa de Griñón. Es la que más se perfila para heredar también el título materno de Reina de Corazones. Aunque en su mente rondó en algún momento el matrimonio con Dios, su deseo es encontrar a su media naranja y formar una familia. Entre la lista de sus noviazgos: Alberto Comenge, Bartolome Fierro, Marco Noyer, Tommaso Musini e Ivan Miranda; dos le han propuesto matrimonio.
Sin prisa por casarse
Isabel y Mario no tienen prisa por oficializar su relación. La pareja no se separa ni un momento y ella le acompaña a sus viajes profesionales. En la foto superior les vemos visitando Machu Picchu, en Perú.
Isabel es la mujer perfecta. La Reina de Corazones, por eso es reclamada su presencia hasta en las galas en el Palacio Real, con la reina Letizia.
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