Esta semana ha sido un tanto agridulce para José María Gutiérrez Haz, Guti. Su leyenda futbolística la recordó Benzema hace cuatro días, con un taconazo que recordó el torrente creativo del futbolista de Torrejón en el Real Madrid. Eso fue el domingo, el mismo día que se quedó sin trabajo: el Almería, equipo al que entrenaba desde 2019, y el exjugador, llegaron a un acuerdo amistoso para su salida del club. Y hoy su mujer, la comunicadora argentina Romina Belluscio, anunció en su Instagram que ambos volverán a ser padres. Se tratará del segundo hijo de la pareja (#babyboy) tras el pequeño Enzo, nacido en enero de 2013. Y del cuarto para Guti, a sus 43 años, que fue padre dos veces con Arantxa de Benito.
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Ahora, la pareja tendrá que decidir dónde aumentarán la familia. Ambos se conocieron hace casi nueve años, a principios de noviembre de 2011. Un romance facilitado por Fernando Tejero, amigo común de ambos, y que les unió en el estreno de 5 metros cuadrados. Aunque para entonces ambos ya llevaban días tirándose un carromato de trastos por Twitter, de forma bastante pública. Un enamoramiento aceleradísimo en el que quemaron las etapas a una velocidad sorprendente: el 1 de diciembre de 2011, ya habían pasado de preguntarse los gustos y hacer planes para "entrenar" o verse, a soltar declaraciones de amor al límite.
Ella, colaboradora de Espejo Público, le había presentado en Twitter como "mi Al Bano" y haciéndose una pregunta que hoy se contesta afirmativamente: "¿Será este el padre de mis hijos?". Pues sí, lo era. La petición de matrimonio ya era una realidad en enero de 2012, y un año después nacería Enzo. Al mismo tiempo, colgaba las botas: el 15 de noviembre de 2011, dos días después de que ambos posasen acaramelados en sus redes sociales para delicia de la prensa rosa, el zurdo rompía relaciones con el Besiktas turco, donde se había retirado tras irse en 2010 del Real Madrid. Al club blanco llegó como alevín con 9 años, debutaría en el primer equipo en 1995, y haría (salvo ese punto final en Turquía) toda su carrera allí.
Poco después de anunciar que serían padres, Guti anunció su retirada definitiva de los campos para pasar a los banquillos. En concreto, a la cantera del Real Madrid, donde permanecería desde 2013 a 2018, primero entre alevines y luego entre juveniles, a partir de 2016. El año en el que Romina y él se casan, cuatro años después de haberlo anunciado. Quizás la única cosa para la que aparentemente se tomaron su tiempo, pero que pilló tan de sorpresa como todo lo demás en su vida pública. La boda de ambos fue inesperada y el mundo se enteraría, cómo no, por sus redes:
En 2018, un pequeño paréntesis de otro año llevaría a toda la familia de vuelta a Turquía: el Besiktas había contado con su exjugador para que fuese su segundo entrenador, y los tres se instalaron en Estambul en octubre de ese año. Exactamente un año y un mes después se produciría el desembarco en Almería de Guti como primer entrenador, con tratamiento de superestrella, la alegría de la familia y el pequeño Enzo con la camiseta del equipo indálico. Apoyado en un buen cheque del nuevo dueño del club, Turki Al-Sheikh, millonario saudí consejero de la familia real árabe, y responsable del organismo estatal saudita para el ocio y el entretenimiento, entre otros cargos de relevancia. Guti, Romina y Enzo llegaron a Almería en avión privado y exhibiendo una felicidad contagiosa.
Eso fue en noviembre de 2019, cuando el objetivo era que Guti llevase al equipo a Primera División (algo a lo que el club todavía tiene opciones si vence hoy, con lo que es posible que la salida de Guti de mutuo acuerdo se deba a esta nueva revelación familiar). Pero, como en todo desde que empezó su romance con Romina, que ese plan no saliese no es algo que le quite el sueño: el horizonte de Belluscio y Gutiérrez empieza y acaba en ellos (y en su familia).
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