Las redes sociales las carga el diablo. Sobre todo si se trata de un error en los perfiles oficiales de famosos, empresas o instituciones que por culpa de un mensaje equivocado pueden enfrentarse a una crisis de imagen que tire por la borda años de duro trabajo. De ahí que sea tan importante no escatimar en gastos a la hora de contratar un community manager que te las administre con sabiduría. Ese siempre será un sueldo bien gastado.
Aunque a la hora de la verdad eso tampoco te libra de pequeños fallos como el que ha cometido hoy la persona encargada de llevar la cuenta de Twitter de la reina Isabel II. Un empleado que antes de escribir cualquier mensaje o subir cualquier imagen debe recibir el visto bueno de Buckingham y que hoy habrá sudado tinta después de darse cuenta que había publicado un mensaje no autorizado por palacio.
Bueno, más que mensaje, una palabra en concreto: ‘Gracias’. Un error que solo ha estado online en la cuenta oficial de la Familia Real durante seis minutos, tiempo suficiente para que acumulara 1.260 likes y 591 retweets antes de ser borrado. Aunque como todo experto en redes sociales sabe, eso no es suficiente para esconder un fallo de este tipo, ya que siempre hay alguien que hace captura para que quede constancia de ello eternamente.
Por suerte para el community manager de @TheRoyalFamily, cuenta en la que se informa de todas las novedades relacionadas con la monarca británica, este accidente no ha puesto en peligro el estatus actual de la monarquía. ¿Quién podría ofenderse por un inocente ‘Thanks’? Eso sí, varios usuarios mostraron su sentido del humor contestando que “ya era hora de recibir algo de reconocimiento” por parte de la reina o respondiendo un amable “de nada”.
A quien seguro no les pasaría esto nunca sería al príncipe Carlos y a su esposa Camilla, que hace unos meses decidieron limitar los comentarios de la cuenta oficial en Twitter de Clarence House después de los insultos y mensajes hirientes que estaban recibiendo.
De hecho, ahora solo pueden responderles desde cuentas a las que ellos siguen o que mencionan en sus tweets, tal y como recomienda una guía oficial que Buckingham publicó en 2019 sobre el uso de las redes que debían hacer los miembros de la Familia Real. Una serie de recomendaciones de obligado cumplimiento para evitar que se difundieran mensajes ofensivos o abusivos a su costa que se redactó para proteger a Meghan Markle, por aquel entonces la principal víctima de estos insultos que algunos escriben creyéndose impunes.
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