La vida está llena de luces pero también de sombras. Y Katy Perry, por desgracia, ha tenido que descubrirlo con muy pocos días de diferencia. Si la semana pasada la cantante se mostraba pletórica al anunciar que estaba embarazada de su primer hijo con Orlando Bloom; hoy le ha tocado despedir para siempre a su abuela, a la que ha dedicado una emotiva carta en redes sociales tras conocer que había fallecido.
“No sé cuándo un alma entra en un vehículo nuevo, pero si en el más allá hay una sala de espera del ir y venir, me pregunto si el alma que está esperando entrar en mi mundo recibirá un beso en la frente de mi dulce abuela que partió de esta tierra ayer. Mi corazón lo espera así”, aseguraba la artista en Instagram, donde ha compartido varias imágenes junto a su abuela paterna Ann Pearl Hudson, que murió anoche a los 99 años de edad.
“Si ella es capaz de hablar con el alma mientras espera, la conversación probablemente incluiría un ¿estás seguro de que quieres elegir este grupo salvaje?’ Definitivamente habría algo de sarcasmo, una broma ingeniosa o dos… Siendo honesta, mi abuela probablemente tenga una copa de su vino favorito listo a su llegada a esta vida después de la muerte. Y naturalmente un look muy moda, joyas incluidas”, imaginaba Perry, que nunca ha ocultado ser muy creyente. Algo que, por supuesto, le ayudará a pasar este duelo.
“Mucho de lo que soy es gracias a mi padre. Y él es lo que es por ella. Ella comenzó todo, como solía recordarnos. Y estoy muy agradecida de que lo haya hecho”, continuaba Perry. “La familia está ahí para mostrarnos qué puede ser el amor, lo difícil que puede llegar a ese viaje para encontrarlo. Pero si puedes abrir tu corazón y dejar que la luz guíe el camino, encontrarás ese amor incomparable”, afirmaba antes de hacer un pequeño resumen de la vida que vivió su abuela.
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“Ann Pearl Hudson era una luchadora. Sobrevivió a la Gran Depresión, crió a 3 hijos sola como costurera para bailarinas y otros personajes similares en Las Vegas. Ella siempre fue ella misma, divertida y llena de todas las cosas dulces y acogedoras en las que piensas cuando piensas en abuelas. Me dio billetes de dólar arrugados en tarjetas de felicitación, nos dejó comer sus galletas de almendras favoritas de la tienda de 99 centavos mientras le hacíamos preguntas sobre los diferentes ventiladores que tenía en sus paredes. Era una abuela maravillosa y siempre llevaré algo de ella en mí”, enumeraba.
“Que descanse en paz y bese la frente del alma de todos los que están por venir y que de paso les haga saber que todo va a estar bien, especialmente ahora que han ganado un ángel para mirarlos”, finalizaba Perry, totalmente convencida de que su abuela va a seguir a su lado aunque ya no esté con nosotros. Te acompañamos en el sentimiento, Katy.
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