A principios de septiembre se apuntaba desde varios medios que Paloma Cuevas y Enrique Ponce tenían más o menos perfilado ese acuerdo de divorcio con el que pasar página, de manera oficial y definitiva, a su matrimonio. De hecho, habían contratado a un único abogado, para que los trámites fuesen más ágiles y en virtud de un escenario en el que no se iban a poner trabas.
Han pasado casi dos meses de aquello y el proceso está en punto muerto. Y es la revista ‘Hola’ la que señala a una de las partes como ‘culpable’ de que no se avance: el torero. Al parecer, este no ha estampado su firma en esos documentos que permitirían a Paloma romper una de las barreras que no le permitirían avanzar con normalidad en esa vida que debe emprender tras 24 años casada con él.
Aunque se desconoce qué es lo que pasa para que Ponce no firme, lo cierto es que este extremo impide que ambos puedan continuar hacia adelante. Ella, con esos planes de abandonar España y alejarse de un foco mediático que nunca le ha gustado, y mucho menos ahora, con toda esa suerte de especulaciones sobre su vida. Él, seguir quemando etapas al lado de una Ana Soria junto a la que ya vive en un ático en Almería.
Hasta el momento, lo que se sabía es que ambos estaban de acuerdo en los dos puntos que podrían llevar a conflicto dentro de esa disolución: el reparto de los bienes y la custodia de sus hijas. ¿Qué es entonces lo que está impidiendo que Enrique coja el bolígrafo y termine con esto de una vez por todas?
No se sabe. Sigue con su temporada taurina y con ese retiro en Cetrina, la finca que posee en Jaén. Sin responder a todos aquellos que le señalan como culpable de que la disolución del matromonio con Paloma no se haga efectiva.
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