El príncipe Harry y Meghan Markle han vuelto a ejercer su papel en lo que les queda de Reino Unido. Puesto que, a pesar de que han dejado de formar parte de la familia real británica como miembros senior, ambos continúan teniendo dos puestos muy importantes dentro de una institución muy cercana al corazón de Isabel II. En calidad de presidente y vicepresidenta de la Queen’s Commonwealth Trust (QCT), los duques de Sussex han compartido este lunes una conversación online con un grupo de jóvenes emprendedores.
La reunión ha girado en torno a las redes sociales y el papel que puede jugar el mundo online para el beneficio de las generaciones futuras. La charla ha estado presidida por Nicola Brentnall, directora ejecutiva de la organización, y en ella han participado: Brighton Kaoma, fundador de Agents of Change, de Zambia; Hunter Johnson, fundador de The Man Cave, de Australia; Rosie Thomas, cofundadora del proyecto Rockit, de Australia; y Vee Kativhu, youtuber dedicada al estudio y al empoderamiento y fundadora de Empowered by Vee.
A lo largo del vídeo, los participantes han debatido con una actitud muy positiva sobre cómo los buenos comportamientos pueden llevar a un cambio en masa a mejor. Meghan, por su parte, ha expresado su preocupación sobre cómo la covid-19 puede haber tenido consecuencias negativas en todos nosotros, volviéndonos más sensibles y dejando patente la necesidad de adoptar una actitud empática y positiva de forma comunitaria con los demás.
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Harry, por su parte, ha tenido palabras de afecto para Isabel II: “Creo que todo lo que mi abuela quería lograr cuando asumió esta gran responsabilidad, lo ha conseguido … escuchándoos y conociendo el amplio espectro que abarca QCT, sois la definición de la Commonwealth del siglo XXI y lo que significa formar parte de ella. Defendéis la igualdad, el respeto mutuo y la justicia”. Pero lo que está causando más revuelo en las redes sociales no es el guiño hacia su abuela, si no las miradas de complicidad entre ellos que la pareja nos ha regalado durante toda la reunión.
Uno de esos momentos de complicidad y el más gracioso de toda la reunión llega cuando el príncipe Harry confiesa que se siente demasiado mayor en esa conversación entre jóvenes que tienen el poder de cambiar el mundo. "¡Tienes que parar! ¡No somos viejos!", le responde Meghan Markle entre su propia risa y las del resto de participantes. Una situación que no es la primera vez que sucede. "Estoy envejeciendo, tengo 35 años", se lamentaba el príncipe Harry en otra videollamada, a lo que ella le contestaba: "¡Eso no es envejecer!", en el mismo tono jocoso.
Además de por sus miradas cariñosas dirigidas a Harry, Meghan Markle también estaba radiante por su buen aspecto físico. De última aparición pública podemos ver lo mismo que de muchas anteriores: tan solo la parte superior, pero cada opción estilística que hace nos gusta más que la anterior. Esta vez, ha deslumbrado con lo que parece un top -o el cuerpo de un vestido- de flores blancas sobre fondo lila muy favorecedor dada su bronceada piel.
Lo ha hecho también con el que parece su nuevo peinado favorito: raya en medio con ondas suaves. Muy alejada de su estilo ‘royal’, las últimas apariciones de la duquesa de Sussex demuestran que los moños bajos que llevaba con tanto estilo cuando representaba a la corona británica no eran muy de su agrado. Meghan prefiere el pelo suelto y cuanto más largo mejor.
Ya hicieron algo parecido durante su última semana oficial como royals en Reino Unido, entonces de forma presencial, en el que fue su último acto en representación de la monarquía como tal. En aquella ocasión, tuvieron la oportunidad de hablar sobre asuntos que relacionaban la salud mental con las oportunidades de los jóvenes emprendedores y la forma en la que QCT actúa como una plataforma que les impulsa a conseguir sus sueños. Es también su segunda reunión digital de la misma índole, aunque la primera desde su nueva mansión en Santa Bárbara la propiedad que han adquirido y que seguro ya han empezado a llamar hogar. Será el lugar en el que residan durante la mitad de su tiempo, que, cuando termine la pandemia, dividirán entre Estados Unidos y Reino Unido.
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