Desde el comienzo de la pandemia del coronavirus es frecuente la comparación de la actual crisis con la Segunda Guerra Mundial, pero son pocas las personas que han vivido ambas tragedias. La reina Isabel II es una de ellas, y tal vez estaría de acuerdo en que hay ciertas similitudes entre una y otra situación: confinada en el castillo de Windsor al igual que en tiempos de la guerra, la monarca prepara un discurso el año en el que precisamente se cumplirá el 80º aniversario de su primer mensaje a la nación.
Ocurrió el 13 de octubre de 1940. La entonces princesa Isabel de York tenía 14 años y pronunció un discurso en un programa infantil de la BBC, The Children’s Hour, desde el castillo de Windsor. Su hermana la princesa Margarita, de 10 años, estaba con ella en el castillo y se sentó a su lado durante el mensaje.
“Miles de vosotros en este país habéis tenido que abandonar vuestros hogares y separaros de vuestras madres y vuestros madres”, comenzó diciendo en referencia a los niños británicos que habían tenido que refugiarse en países extranjeros como Canadá. “Mi hermana Margarita y yo lo sentimos mucho por vosotros, y sabemos por nuestra propia experiencia lo que significa estar lejos de aquellos a quienes más amamos”.
Los reyes Jorge VI e Isabel, en efecto, permanecieron en el palacio de Buckingham durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial, alejados de sus hijas. Acompañadas de su niñera y sus preceptores, las dos niñas pudieron llevar una vida bastanta apacible de juegos, paseos en caballo e incluso funciones de teatro como la que representaron durante la Navidad de 1941: Margarita fue Cenicienta e Isabel II su príncipe.
“A vosotros que estáis viviendo en nuevos entornos, os mandamos un mensaje de simpatía y, al mismo tiempo, nos gustaría dar las gracias a las personas amables que os han dado la bienvenida en sus hogares”, continuó su discurso la joven Isabel II. “Antes de terminar puedo deciros sinceramente que nosotros los niños estamos llenos de alegría y coraje en nuestras casas. Estamos haciendo todo lo que podemos para ayudar a nuestros valientes soldados, marineros y pilotos, y también estamos intentando resistir los peligros y la tristeza de la guerra. Sabemos quetodo acabará bien”. Al final la princesa invitaba a su hermana a desear las buenas noches a los niños que estaban escuchando el discurso. “Buenas noches, niños”, dijo la princesa Margarita. “Buenas noches y buena suerte a todos”, concluía la futura reina.
Aquel discurso no sería el único apoyo que ofrecería Isabel II durante la guerra. En 1943, se unió a la organización juvenil Sea Rangers, mientras que en 1945, cuando ya era mayor de edad, la princesa heredera se alistó al Servicio de Auxilio Territorial y fue entrenada como mecánica y conductora de camiones. Y cuando el 8 de mayo de ese año su padre pronunció el discurso por el Día de la Victoria en Europa, salió con su hermana de palacio en secreto, para participar como una más en las celebraciones de Londres.
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