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Ella era el grunge y el ejemplo más evidente de estilo effortless. Cory Kennedy era un desastre perfecto descubierto durante un concierto de Blood Brothers en la ciudad de Los Ángeles en el año 2005 por uno de los fotógrafos más reputados del momento, Mark Hunter, más conocido como The Cobrasnake. Era la época en la que nadie era cool si no iba de fiesta y se retrataba en su máxima esencia, la misma en la que la plataforma de LookBook -que era la más visitada por los amantes de la moda- anteponía lo que serían, años después, los nombres de las ‘it-girls’ más conocidas de Internet. También era la época del auge de MySpace. Y ella, en esta plataforma, acumulaba más de nueve mil amigos (no existían por entonces los seguidores).
Fue cuando el aclamado fotógrafo la conoció el momento en el que la joven inauguraría una nueva etapa en su vida. Comenzó a hacer prácticas en la oficina The Cobra Snake y…el resto, es historia. Una historia que todavía guarda eco a día de hoy y que corona a Cory en el podio de referentes de moda. Porque si hubiera que otorgarle un título ese era el del atrevimiento. Al contrario que sucedía con otras que también parecían despuntar, como Tavi Gevinson (que abanderó el estilo nerd), ella, en cambio, era todo lo contrario a lo que en ese momento primaba en el horizonte estilístico de la moda. Porque eran los 2000, pero ella parecía más de finales de los 80.
Cory Kennedy: la ‘it-girl’ que transformó la moda
Tomó el estilo de Nirvana, lo combinó con claves lady y se atrevió con las superposiciones como nadie, las faldas asimétricas, las chaquetas cruzadas en la cadera, los jerséis estampados y los colores vibrantes, los pantalones rotos, las zapatillas con vestidos… Llamaba la atención por suelo que pisaba, tanto que, incluso, llegó a ocupar parte de los front rows más reputados y a sentarse junto a personalidades de la talla de Kate Moss, Chloe Sevigny, Peaches Geldof o Jared Leto.
Llevaba los ojos ahumados, con eyeliner marcado y con mirada propia de volver a casa tras cualquier afterparty sin desmaquillarse. También su pelo parecía no tener un rumbo fijo y, casi siempre suelto, lo llevaba sobre la cara y alborotado. Era todo un icono.
Ahora que la moda combina tendencias de diferentes décadas y parece que todo vale, echamos la vista atrás y recuperamos algunas lecciones de estilo que Cory nos enseñó en su día y que pensábamos que eran nuevas… Abrimos su desastroso cajón.
Como buen referente de estilo grunge, Cory enseñó grandes lecciones de moda combinando camisetas de bandas de música y dibujos con pantalones de cintura alta, dando así un toque muy contemporáneo a clásicos.
Si antes los vestidos eran solo aptos para llevar con zapatos de tacón, sandalias o bailarinas, ella nos enseñó que las zapatillas estilo Vans podían ser acompañantes perfectas para cualquier tipología de vestido. Adelantó esta tendencia, pero también otra que es favorita de prescriptoras de estilo como Alexa Chung: los lazos en el escote.
¿Cómo armonizar un minivestido con cinturón y no seguir las pautas de los años 2000? Con botas cowboy. Un acierto que, hoy, está a la orden del día.
Arrugados, con medias de rejilla y con camisetas manga larga debajo. Cory todo lo vestía y lo combinaba, además, en perfecta sintonía recuperando lecciones de estilo noventeros a los que ella otorgaba su sello personal, como las prendas sin planchar o los looks multicolor.
La sencillez nunca ha sido una de las máximas de Cory. Por eso, incluso, a looks formados por una camiseta básica y unos jeans siempre otorga un plus de distinción. Como esta espectacular capa de terciopelo, una de las prendas favoritas de las royals…
El año pasado esta tendencia pegó fuerte, pero en realidad nunca se ha ido. Las camisetas de manga larga con una camiseta de manga corta encima resultan una clave de estilo perfecta para lograr un look juvenil. Más aún si, como Cory enseña, se combinan con pantalones de piel.
Cory ya lo sabía mucho antes de que aterrizaran hace dos años en nuestros armarios. Los chalecos añaden un toque «macarra» a los estilismos resultando una prenda idónea para armonizar looks informales.
Si hay que arreglarse, una pauta queda clara: el vestido corto negro siempre es una garantía de éxito. Ella lo llevaba plisado, asimétrico y, por supuesto, con colgantes y cadenas al cuello.
Pasaron de ser una obligación a una decisión y de ahí a convertirse en parte de los preferidos del street-style. Los pantalones vaqueros rotos salieron de sus fronteras underground y se colaron, incluso, en estilismos aptos para acudir a los eventos más codiciados.
Cory Kennedy acudía a los desfiles, también, con botas militares Dr Martens. Lo que no imaginaba era que todavía hoy seguirían reinando entre los conjuntos más alabados del asfalto.
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