Así pasa Rosalía la cuarentena: en casa de su mánager en Miami, cantando, componiendo y escuchando música

Rosalía, aparte de ser la cantante española que ha revolucionado la música, es muy activa en sus redes sociales. Suele compartir infinidad de momentos de su vida como diva internacional: desde los famosos mimosas con Kyle Jenner a su amistad con Hunter Schafer, además de instantes de sus conciertos, sus looks o sus atrevidas manicuras. Pero hace unas semanas que Rosalía no es la misma -en marzo solo publicó seis post en Instagram frente a los 12 de abril y casi no hay rastro del mes de abril en su perfil con más de diez millones y medio de seguidores-. La explicación es fácil encontrarla, solo basta con pensar en cada uno de nosotros y en nuestro confinamiento por el coronavirus. Ella también lo sufre. Cuando el mundo se paro tratando de frenar el avance de la pandemia, le cogió en Miami donde se quedó preparando su nuevo disco tras su éxito en los Grammy y allí se confinó, desde hace unos días en casa de su mánager Rebeca León. Desde allí ha publicado su última canción Dolerme un tema que, como ha contado, no era el que tenía previsto sacar en estas fechas pero que, dadas las circunstancias, era el apropiado. Ha aparecido en una entrevista con Pablo Motos en El Hormiguero, esta noche podremos verla con Jordi Évole y ha hablado con El País Semanal por videoconferencia. Ha aprovechado para cambiarse el look en plena cuarentena y para leer, escuchar música y disfrutar del proceso de hacer canciones sin prisa, “sin deadlines, sin tener preocupación de nada. Estoy como en una burbuja” en este aislamiento que, continúa, “a veces es positivo para el proceso creativo”.

Echa de menos a su familia, confiesa, desde su habitación de paredes blancas donde se ha fotografiado en la cama y se ha grabado interpretando su nueva canción donde ha trasladado “la sensación de la desesperación, la tristeza y de sentirse encerrado”.

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En su “pequeña habitación” tiene un “miniteclado, un micro, una tarjeta de sonido, un ordenador… y con eso ya tiro para escribir y tener ideas” le ha contado al periodista Fernando Navarro que la describe como "jovial, cercana y con muchas ganas de compartir sus impresiones sobre su carrera, el mundo de la música y estos tiempos raros". Así la vimos también en El Hormiguero. Optimista, Rosalía trata de ver el lado bueno a la vida y también a esta situación aunque “hay días que no me sale”, asiente. A pesar de que no le gusta quedarse en casa “sino estar en la calle, en movimiento, yendo para arriba y para abajo”, ahora, este tiempo de “frenar de golpe”, que cree que “viene bien para reflexionar”, le anima a ella ha hacer lo mismo, a “reflexionar y me obliga a replantearme cosas”.

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También aprovecha para escuchar música. Ha creado una lista para la cuarentena que incluye temas como Stay alive de Mustafa que dice que es “super bonito”, lo último de Jay Electronica, de Roger Eno y Brian Eno o JP Mafia. En principio, poco relacionado en el flamenco donde ella nació musicalmente hablando y que aprovecha cada ocasión que tiene para reivindicar, como en la gala de los Grammy con su Malamente, porque allí mismo bailó Joaquín Cortés mucho antes que ella -bailó con Alicia Keys en 2002- y porque “mi música le debe mucho al flamenco”, es su “gran inspiración” y aún recuerda el primer día que escuchó flamenco. En realidad, Camarón y pensó que “no había escuchado una cosa igual. Era precioso, honesto y brutal. Era algo visceral, animal. De verdad me impactó. Es música muy sincera”.

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Tiene 26 años, pero es una auténtica estrella de la música a nivel internacional algo que, según ha contado a El País Semanal, no le ha cambiado en lo sustancial. Sigue estando cerca de su familia, escuchando y haciendo música. “Mi vida no ha cambiado tanto porque las cosas esenciales las sigo manteniendo. Y me hacen estar anclada, mantener los pies en el suelo, estar en mi centro como artista. Sigo igual que hace 10 o 13 años. Lo único que ha cambiado es el contexto”. Respecto a todos los artistas que ha conocido desde El mal querer -menciona a Billie Eilish, Frank Ocean, Dua Lipa, Caetano Veloso, David Byrne o Björk– dice que lo que más le sorprende es “ver la idea que tiene la gente de ellos, como son como personaje, pero ver luego cómo son en realidad, como personas cuando estás con ellos y les dedicas tiempo”.

Ella tiene claro quién es y sabe lo que le hace feliz. Por ejemplo, cuenta, nunca ha dejado de estudiar música. Cada día canta por la mañana, le dedica “unas siete u ocho horas a meterme en el estudio”. Eso le hace pensar que “la fama es una consecuencia de mi trabajo, nunca un objetivo”, aunque lo haya conseguido. Puede que ese sea el secreto.

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