La vitamina C es uno de los ingredientes estrella en cosmética, gracias a sus beneficios para la piel. También es uno de los que más están dando de qué hablar. No es de extrañar, porque se ha convertido en algo fundamental para la piel, para mantenerla joven, suave, brillante, jugosa y sana.
Al estar en boca de todos también han surgido a su alrededor una serie de mitos que crean reticencias a incluirla en nuestra rutina de belleza, especialmente por desconocimiento. Pero la verdad es que tiene grandes beneficios para la piel y que es más todoterreno de lo que se cree.
Los beneficios de la vitamina C
La vitamina C es uno de los principales ingredientes para frenar el envejecimiento. Es antioxidante y protege de los radicales libres y de la oxidación de las células. En este sentido, también interviene en la síntesis del colágeno y elastina, que se van perdiendo con la edad y mejora la apariencia de las arrugas.
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A esto hay que añadir que protege contra el daño solar, mejora la barrera protectora de la piel, iguala el tono y reduce las manchas, aporta luminosidad y da sensación de jugosidad y suavidad en la piel. Reduce también la inflamación y protege de la contaminación.
Los mitos y las verdades de la vitamina C
Después de leer los párrafos anteriores sobre la vitamina C, parece el ingrediente perfecto, pero no es oro todo lo reluce. O eso es lo que parece por todo lo que nos han hecho creer sobre ella.
La vitamina C no se puede usar por el día
Hay quienes la aplican por la noche por miedo a la reacción que pueda tener cuando se expone la piel al sol. Lo que no saben quienes hacen este gesto, es que están evitando uno de los mayores beneficios de la vitamina C, el de proteger la piel:
«No solo podemos usarla por el día, sino que es el momento clave para hacerlo. Una rutina rica en vitamina C se aplicará mañana y noche, pero de hacerlo solo una vez, siempre será por la mañana. De este modo, además de aportar todos sus beneficios habituales, ofrecerá una protección antioxidante ante los temidos radicales libres. Aparte, aporta una luminosidad que es mejor aprovechar por el día», revela Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8.
¡Lo quiero!
La vitamina C irrita
Como hemos señalado, calma la piel: «Solo irritaba en su forma cívica y con un pH muy bajo. Puede irritar cuando se oxida, pero si esto ocurre, es porque no es una fórmula estable. Actualmente, las firmas más responsables trabajamos con formas autoestables de vitamina C que pueden estar abiertas meses. De hecho, un detalle en el que fijarse es en el color: cuando los sueros estén transparentes o blanquecinos, lo normal es que no estén oxidados y en buenas fórmulas esta duración suele superar los 12 meses», cuenta Raquel González, directora de educación de Perricone MD.
¡La quiero!
No se puede usar con retinol
«Siempre y cuando se trabaje con formas estables de vitamina C y A (retinol), no debe haber problemas. Solo en sus inicios no eran combinables, porque la vitamina C en su forma pura podía hacer una exfoliación. Como el retinol hace también una función similar, se hablaba de que podía sobre exfoliarse el tejido. Esto ya no ocurre y de hecho uno de los mejores combos es el de la vitamina C con el retinol. Juntos, trabajan en sinergia para renovar la piel, mejorar la pigmentación, sintetizar colágeno y elastina, reducir los poros, etc.», señala Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza
Ni aplicar con AHA y BHA
Pero sí es combinable con estos ácidos: «Quien afirma esto es aludiendo a que la vitamina C exfolia, pero las formas estables actuales no exfolian. No hay problema en combinarla con alfa o betahidroxiácidos. De hecho, puede que la vitamina C los apoye ayudando a mejorar hidratación, síntesis de colágeno, hiperpigmentación, etc.», concede Catalina Narváez, directora de educación de Aromatherapy Associates.
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